miércoles, 22 de agosto de 2012

LAS BELLAS DURMIENTES

«¡Calzonazos, si eres nuestro padre, danos dinero!»

Algunas de las bellas durmientes de un pequeño país al que llamaban España (foto procedente de dibujosinfantiles.org)
Las bellas durmientes

Érase una vez diecisiete hermanas, las más bellas de un pequeño país al que llamaban España, que formaba parte de otro grande denominado Unión. En su centro, residía Merkel, una benefactora hada madrina que, con su varita mágica, había contribuido a la belleza de las hermanas.
Mimadas, consentidas, las chicas se compraban cada día ricos vestidos y ampulosas joyas, contrataban sirvientes, construían palacios, dictaban rijosas leyes, se inventaban ilustres pasados y abolengos, y rescribían la historia y la educación a mayor gloria suya. Se infatuaron tanto que la fraternidad entre ellas se volvió envidia, y la envidia, victimismo. “¡Yo soy la más bella de España!”, proclamaba una que vivía el en este. “¿Por qué me ofendes? ¡La más bella soy yo!”, clamaba otra desde el sur. “¡Estáis contra mí, hatajo de piojosas! ¡Yo soy la primogénita y por tanto la más bella!”, reivindicaba otra desde el norte. Y todas pretendían que el hada madrina las favoreciera sobre las demás.
Mientras más contendían, más esquilmaban a sus vasallos. ¡Si al menos hubieran tenido un buen padre! Pero el padre las temía y no osaba impetrar el amor que se debían las unas a las otras, y todas, a él. Podía incluso dictar normas y, al menos, habría podido imponer que no se sangrara a los siervos, o que se suprimieran los fastuosos cortejos, o que se acabasen las galas, pero cada vez que lo intentaba, las diecisiete zanjaban temporalmente sus rencillas y se unían belicosas contra él. “¿Qué te has creído, desgraciado? ¡Somos mayores de edad! ¡Te degradamos a padre putativo, así que no te debemos amor!”.
La falta de autoridad más la desmedida ambición, provocaron la penuria del chiquitito país. Pero las hijas siguieron exprimiendo a sus siervos, aunque en lugar de monedas obtenían ahora sangre sudor y lágrimas. ¡Menos mal que quedaba el hada madrina! Las peticiones se hicieron cada vez más frecuentes e imperiosas. “¡Lléname el arca para pagar a mis prosélitos!”, rogaba una. “¡Dinero para que mis voceros sigan loándome!”, reclamaba otra. Y así las demás.
Pero ¡ay! el hada obtenía sus regalos de la Unión. Y el bocado era cada vez más grande. Y se cansó. “¡No hay más dones!”, proclamó tajante. “¡Trabajad vosotras!”. Los insultos no se hicieron esperar: “¡No eres un hada, sino una madrastra!”. “Arpía, ¡quieres nuestra ruina!”. Enloquecidas, incapaces de mantener su tren de vida, se rebelaron también contra el padre: “¡Calzonazos, si eres nuestro padre, danos dinero!”. Con una mano, pedían y, con la otra, afilaban la daga para degollarlo.
El parricidio sumió al país en la catalepsia. Latentes en su urna de cristal, las hermanas aguardaban ahora el beso del príncipe encantado. ¡Él las despertaría! Pero el príncipe, que conocía su mendacidad, se fue a vivir a la Unión con el hada madrina. Y, perdida toda esperanza, el enano país se quedó eternamente anclado en el sopor.
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 21 de agosto, 2012 

miércoles, 15 de agosto de 2012

MARILYN NO ES MONROE - EDICIÓN BILINGÜE

"Marilyn no es Monroe" publicada en edición bilingüe español/portugués

Portada de la edición de "Marilyn no es Monroe" (click en la imagen para ampliar)

"Marilyn no es Monroe" en libro

UNICEPE (Oporto, Portugal) ha editado "Marilyn no es Monroe" (2012), la biografía teatral "cuántica" que Gregorio Morales ha hecho de la mítica actriz, en versión bilingüe español/portugués, con una excelente traducción de Rui Vaz Pinto

El autor nos sumerge en la turbulenta vida de Marilyn Monroe, cuyos elementos son expuestos y diseccionados de una forma que transforma y subvierte cuanto creíamos conocer. El resultado es una actriz al desnudo, viva, con la libertad de elegir intacta, y que, por tanto, no sólo tiene pasado, sino también un porvenir tentadoramente abierto. Obra para quienes, sin temer las consecuencias, anhelan conocer a la Marilyn real, más allá de mitos y clichés.

La primera representación de esta obra tuvo lugar el 21 de febrero de 2011 dentro del Festival de Cine Clásico de Granada (Retroback) en el teatro Isidoro Máiquez por la compañía TS bajo la dirección de Eva Velázquez Valverde.


Programa de mano, anverso (click en la imagen para ampliar)

Programa de mano, reverso (click en la imagen para ampliar)

IZQUIERDA MÁGICA

«Para la izquierda española, siempre es festival de magia»

Juan Manuel Sáchez Gordillo en pleno trabajo

Izquierda mágica

La izquierda española está nutrida por ilusionistas. Aunque hay químicos que convierten el agua en vino, en el caso de nuestra izquierda es sólo un truco. Son como Magomigue, pero disfrazados de jornaleros. Como los prestidigitadores, desvían la atención hacia un sitio para mejor operar en el otro.
Uno de los grandes problemas de España son los políticos. Sobran 300.000. La izquierda debería pedir la inmediata eliminación de tan onerosa superfluidad, pero, en un pase con los polvos de la madre Celestina, incautan un supermercado. Claro, es un símbolo. Pero un símbolo que actúa como la tinta del calamar, obviando otro realmente necesario: que la izquierda exigiera el harakiri de sus propios cargos institucionales. ¡Esto sí que sería efectivo!
La izquierda mágica allana una finca para que pase desapercibida la finca autonómica. Propone avasallar bancos para no avasallar sus puestos públicos. Roban supermercados para que no les roben su nómina pagada con abusivos impuestos. ¡Excelsa izquierda! Digna del legendario Houdini.
Todo es ficción en esta izquierda simplona, de romanticismo ajado, de subversión ingenua, de complejidad cero, de perspicacia nula. Aliada con el pseudonacionalismo, creyendo progre lo que es ostensiblemente retro, confundiendo la actividad política con el espectáculo mágico, no puede inquietar a nadie y es la compañera perfecta de la derecha contra la que finge luchar.
En lugar de doblegar la elefantiasis política, doblega cucharas a lo Uri Geller. Para no reclamar el cese del gasto desbordado, saca de la chistera monedas afanadas al público. En lugar de ver las ficticias fronteras, se venda los ojos a lo Anthony Blake. Para eludir las reglas del juego, imita con naipes trucados a Juan Tamariz.
Esta izquierda es un problema nacional. Cuando falta una extremidad, el cuerpo entero no puede moverse. La pierna izquierda del cuerpo español es un espejismo, no existe. Sus componentes son magos. Ante los espectadores, se metamorfosean en Curro Jiménez, pero, acabada la sesión, se van a descansar a los confortables bancos del establishment.
Otra izquierda estaría pidiendo la racionalización del Estado. Impondría con el ejemplo la supresión de cargos innecesarios. Reclamaría el fin de tantas leyes abstrusas, ridículas, redundantes, coercitivas. Abominaría de las limosnas y extendería más allá de Marinaleda las cooperativas, los campos de trabajo, los negocios colectivos, las empresas pioneras. Promovería una escrupulosa división de poderes. Trabajaría por elecciones nominales. Se denodaría por derogar las machistas leyes de género de Zapatero, aún vigentes. En lugar de todo ello, hacen juegos de magia, toman un sombrero, lo cubren con un pañuelo y, cuando lo alzan, está lleno de latas de conserva. ¡Y así pretenden solucionar los problemas del país y paliar la penuria de cientos de miles de desempleados!
La España mágica sólo puede tener una izquierda mágica, complementaria de la derecha sobrenatural. Para una parte de la izquierda española, el Hocuspocus no acaba nunca. ¡Siempre es festival de magia!

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 14 de agosto, 2012


miércoles, 8 de agosto de 2012

EL PATIO ENCANTADO

«El patio de los leones cambia y crece junto a ti»  






Cinco imágenes diferentes del patio de los leones. En la primera, de finales del siglo XIX, está cubierto de arena y la fuente tiene dos niveles. En la segunda, se ha reducido la fuente a unnivel y se han plantado árboles. En la tercera, de los años 70 del siglo pasado, se han sembrado arbustos. En la cuarta, los arbustos se han limitado a cuatro, uno en cada esquina, y la tierra ha sido sustituida por gravilla. En la quinta, la gravilla ha dado paso al mármol

El patio encantado

El patio de los leones cambia y crece junto a ti. Lo he visto metamorfosearse a la par que la ciudad, el país y yo mismo. ¿Cuántos patios he conocido? El primero tenía fuente de dos niveles y piso de arena. Luego sembraron un jardín y redujeron la fuente a una taza. Más tarde quitaron el jardín y plantaron arbustos. Después los limitaron a uno en cada esquina y sustituyeron la tierra por la grava. Ahora han cubierto el piso de impoluto mármol. Sin duda éste es el patio más bello de cuantos he conocido, pero tampoco es el que vieron los Reyes Católicos.
            Curioso: cada patio pretendía ser el original. Es como si los leones tuvieran la virtud de producir espejismos. ¡Patio encantado que refleja las mentes de quienes miran!
No, los Reyes Católicos no vieron este patio, ni fueron cegados por su prístina luz, sino por otra que era el arco iris elevado a la enésima potencia. Las bóvedas, los arcos, los mocárabes, los leones, estaban policromados. El patio era una sinfonía de dorados, rojos y añiles. Isabel y Fernando ya conocían la arquitectura árabe, pero esta visión debió de impactarles. ¡Era una película en tecnicolor, mientras nosotros vemos una en blanco y negro! El tiempo se ha comido los pigmentos. Ahora todo es blancura y umbría. A mí, si me dieran a elegir, elegiría este patio contemporáneo, pues, con los colores, sorprende y subyuga, pero, sin ellos, arrebata. Pedro Salmerón ha creado una obra maestra.
            El patio de los leones nos demuestra que el hombre no viaja en el tiempo, sino sólo hacia sí mismo. Mientras cree defender la pureza original, la soslaya en aras de su propia pureza. Todos los patios de los leones fueron puros porque todos reflejaban la cosmovisión de su época. En cada patio, está la sociedad que lo recreó.
            Y volverá a cambiar. ¿Acaso no es un patio encantado? Dentro de unas décadas, con otra sociedad y otros hombres, alguien volverá a encontrar en un libro una cita en la que nadie ha reparado, alguna descripción fantasiosa o real, y reconformará el patio a la medida de su imaginación. Es como si nuestro subconsciente residiera en el corazón del palacio de Mohamed V. ¿Por qué no devolverles, por ejemplo, a leones y mocárabes sus pigmentos originales? ¿Y volver al tecnicolor que vieron los conquistadores? Llegará el día en que esto ocurra, pero espero que sea lejano.
            Cuando el patio de los leones cese de cambiar, es que el mundo se habrá detenido. Es que ya no habrá vida. Entonces regresará a los verdaderos orígenes, una colina acariciada por pinos y aulagas. Y será tan bello como ahora. De su máxima plenitud habrá pasado a su máxima plenitud, demostrando que, en realidad, el tiempo es también un espejismo, y que hay muchos patios, pero todos están en éste.
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 31 de julio, 2012

miércoles, 1 de agosto de 2012

EL DIARIO

«El que fui estaba en el que soy»  

Al cumplir 15 años, en un guateque, con Mariam

El diario

Leo el diario que comencé a escribir a los 15 años. ¡Por los cielos, yo ya estaba ahí! Suponía que cambiábamos, que evolucionábamos, que nos transformábamos, pero nada de eso es verdad. Como una Constitución, todo lo que soy estaba impreso ya en mí. La pasión por el arte y el conocimiento, la independencia visceral, el no importarme lo que piensen de mí, la necesidad siempre incumplida de una integridad moral, el deseo de coherencia, la pasión por la aventura psíquica. Estaba tan seguro entonces, que siento envidia de aquel adolescente. Ahora también estoy seguro, pero la fortaleza se ha hecho habitual. Lo que entonces era reto, hoy es conquista. Y lo conquistado, a veces, aburre. ¡Con qué ganas lanzaría mi coraza al precipicio y volvería a ser aquel guerrero desnudo!
            Pero el guerrero perseguía lo mismo que hoy tiene el conquistador. Quería las mismas luchas, los mismos paisajes, los mismos castillos. El que soy estaba en el que fui. El que fui está en el que soy. Me sobrecoge esta identidad. Ni un ápice de diferencia, ni un ápice de desviación. No se sabe bien si esto es libertad o esclavitud. ¿Para qué estamos aquí? Si el mundo no nos cambia, ¿estamos para cambiar el mundo? Pero el mundo no ha cambiado. Ni yo he cambiado. ¿Entonces?
            Existimos quizá para probarnos. Venimos para perseverar en lo que somos. Unas ideas, un carácter, una idiosincrasia nos son dadas, y, una vez conferidos, somos lanzados al mundo. ¿Seremos capaces de llegar con este bagaje al final de la ruta? No es que no me haya traicionado. La vida es traicionarse una y otra vez. Pero la virtud consiste en darse cuenta y volver a recuperarnos. Me he traicionado muchas veces, pero las mismas veces he vuelto a mí mismo. Y cada vez que he vuelto, ha sido más difícil dejar de ser el que soy. ¿Y al final todo para qué? ¡Para parecerme cada vez más al adolescente que fui! La meta estaba al comienzo. Lo tuve todo, lo perdí todo, e hice el camino para alcanzar lo que había perdido.
            Si no hubiera escrito un diario, jamás habría reparado en ello. Pero comencé a escribirlo siguiendo un imperioso mandato, y ya no he dejado de hacerlo a lo largo de mi vida. Puedo bucear en el tiempo en los montones de cuadernos apilados. Cale donde cale, ¡la melodía es siempre la misma! Como una tocata y fuga de Bach.
            El camino es circular. No se sabe cuál es el comienzo ni donde está el fin. Siempre venimos de nosotros mismos y vamos hacia nosotros mismos. Quienes no señalan la ruta viven en el espejismo de avanzar. Mi diario son los hitos que puse en el camino. Avanzo y veo los hitos de otras épocas. El futuro es el pasado. El pasado es el futuro. ¡Fui el que soy!

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 7 de agosto, 2012