martes, 25 de enero de 2011

RABO DE LAGARTIJA

Paco Cuenca, cabeza de la lagartija 

Rabo de lagartija 

La lista del PSOE para las municipales se parece al rabo de una lagartija. Hay personas interesantes… pero se menean como cola sin cabeza. Cierto, Paco Cuenca va en la picota. Pero es como si un vagón intentara tirar del tren en lugar de la locomotora.
Es María Escudero quien debería ser la locomotora. Aunque es una devota de San Político Correcto y profesa la rijosa doctrina del Gobierno de España, al menos tiene el aura del insuflado. Ves una dirección en su ademán. Por más que descubra un agravio de género en cualquier bicho viviente y no dude en mandar a la hoguera a los relapsos, sus ojos destellan con el fulgor de Torquemada. Tiene fuerza. ¿Pero y Paco Cuenca? ¡Por Thor, parece el encargado de tocar la campanilla en el auto de fe!
Va en la candidatura Fernando Rodríguez, que ama el arte, que ve un cuadro y te puede decir quién lo ha pintado sin mirar la firma. ¿Pero y Paco Cuenca? Seguro que lo único que puede decirte es la marca de las motos.
Está Antonia Aránega, ex senadora y catedrática de embriología; un prodigio de “savoir faire”, sensatez y conocimiento. ¿Cuántos artículos como ella ha publicado Paco Cuenca? ¡Si al menos hubiera publicado uno!
Cuando quieres capturar una lagartija, la cola se desprende y repta sola, desnortada y ciega. La lista del PSOE es eso: un descabezado rabo de lagartija. Paco Cuenca podría ser un eficiente maestro de escuela, ¡pero un alcalde! El rabo es demasiado pesado para él y se desprende y corre convulso y perdido.
Griñán no busca políticos que se enfrenten a los problemas, sino pupilos que no se enfrenten a él. Por eso le gusta Paco Cuenca. Los demás, naturalmente, han obedecido. Es un principio intocable que quien se mueve no sale en la foto. El rabo de lagartija puede agitarse cuanto desee, ¡pero que no roce a los jefes!
María Escudero, lúcida y ladina, podría jugárselas en cualquier momento a Griñán. ¡Pero Paco Cuenca siempre estará a sus órdenes! El chico da la talla de uno de esos gringos profidén, presidente de su instituto, asistente asiduo a la escuela dominical,  metido en todo y de civismo grandilocuente.
En su web, escribe perlas como: “Vivo cerca de la calle Alhamar, con mi pareja y mis dos preciosos hijos”. Mola el añadido de preciosos, ¿a que sí? Y añade en un arrebato de sinceridad: “En unas colonias, conviví con niños y niñas del barrio”. Lo de las “os” y las “as” lo tiene muy claro Cuenca. Se ve que le gusta emular a los políticos de la piqueta.
Piquetas y piquetos, muchos. Pueriles americanadas, todas. ¡Pero lagartijas, no! Bueno, sólo el rabito. Un rabito que pendonea como el de los canes agradecidos. ¡Da un gustirrinín! A los jefes, claro.

Diario IDEAL, martes, 25 de enero, 2011

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