Zapatero en el acto de la Columbia University, donde
exculpándose por su subida de impuestos, afirmó que
"las posturas fundamentalistas conducen al fracaso"
LA HUELGA ERES TÚ
Yo haré huelga. Razones, muchas. La principal: si la huelga fracasa, seremos avasallados sin piedad.
Zapatero ha sido una desgracia para España. Según Albert Boadella, es el peor gobernante desde Fernando VII. Zapatero es de los que, como Abraham, no duda en sacrificar a su propio hijo para seguir en el poder. No tiene objetivos, a no ser él mismo. Cuando se encuentra ante alguien más poderoso, le entrega el botín que le pide, aunque para ello deba saquear el país. Y a quien se le ponga por medio, que le den matarile. Fíjate: a sus erráticos cambios de rumbo, los llama “flexibilidad”. Y a ser consecuente con lo que se piensa, “fundamentalismo”. El cínico sofisma delata la amenaza que representa este hombre.
Si la huelga fracasa, Zapatero tendrá el terreno expedito para hacer y deshacer a su antojo. Tendrá las manos libres para ejecutar cuanto le dicten los poderosos. Y perpetrará cruentas sangrías. Los desahuciados sembrarán el país.
Si la huelga fracasa, tú y yo fracasaremos inmediatamente después. No importa la clase a que pertenezcas. No importa que te vaya bien. No importa que, con toda razón, desconfíes de los sindicatos. Si no te pones en huelga, el desconcierto y la necia temeridad de Zapatero te llegarán antes o después. Subirán aún más los impuestos. Las condiciones laborales serán aún más leoninas. Tus hijos deberán marcharse al extranjero a formarse o a trabajar. El Parlamento aprobará más leyes mongolas, de las que coartan hasta un inocente guiño.
El problema es Zapatero. El lastre que hace que este país no emerja es Zapatero. El que ha generado problemas que costará decenios corregir es Zapatero. Si no haces la huelga, se infatuará aún más. ¡No te quiero decir la que nos espera entonces!
Ésta no es una huelga de los sindicatos. Todos sabemos que la han convocado a regañadientes, y que se pusieron un plazo inmenso por si podían aferrarse a algún pretexto para desconvocarla. Ésta es una huelga tuya y mía. Tú y yo, a quienes una política estólida –como la venta de la cuarta parte del oro de España por bonos basura- nos ha alejado de los países desarrollados.
Si no trabajas mañana, te detraerán una cantidad que tal vez necesitas para vivir. ¡Pero tienes que ser inteligente! Si la huelga fracasa, ¡tu sueldo peligra todavía más! Pues los halcones de Zapatero aguardan emboscados a que la huelga naufrague para generalizar el capitalismo salvaje y retrotraernos a antiguas penurias.
Mañana no escribiré una línea. No contestaré correos electrónicos. Me inhibiré como escritor. Es mi huelga. Si los lobos me despedazan en el futuro, no quiero lamentarme ni pensar que no hice nada para evitarlo.
Está en mi mano. En la tuya. Y sale barato. Sólo un día de sueldo por tener sueldo el resto del año. Si no, te lo aseguro, será al revés.
Diario IDEAL, martes 28 de septiembre, 2010