David Cameron junto a su esposa navegando en
un lujoso yate por las costas de Turquía
(foto: Daily Mirror)
Carta al Director
(sobre la columna "Quijotes")
El 27 de julio de 2008 David Cameron se paseó con su esposa por la popular playa de Harlyn Bay, en Cornualles. Ella llevaba un pareo y él iba descalzo, en camiseta y pantalones cortos. Parecían dos veraneantes más de los muchos que tomaban el sol, con la sola particularidad de que los fotógrafos los captaban ávidamente.
Cameron y su esposa estaban haciendo lo mismo que han hecho en Granada: aparentar que son un matrimonio de clase media. Sin embargo, días después, unos turistas que navegaban por las costas de Turquía los divisaron a bordo de un costoso yate y les hicieron fotos, esta vez “non gratas”, que, aparecidas en el Daily Mirror, revelaron la hipocresía.
El alquiler del yate costaba 24.000 euros semanales. El sr. Cameron estaba acompañado de otros siete barcos, cada uno con su propio personal, en los que iban 74 amigos y familiares, lo que implicaba un coste añadido de 170.000 euros semanales. Por las noches, recalaban en pubs y bellos restaurantes de la costa. Por las consumiciones en el Indigo Terrace en la noche del 20 de agosto pagaron 2.500 euros.
No se trata de un detalle aislado. La opinión pública británica ha denunciado reiteradamente el uso que Cameron ha hecho de su familia e hijos para publicitarse y lograr portadas y apariciones televisivas. Su llegada a Granada en un vuelo barato fue otro de estos montajes. Sabemos que la noticia fue convenientemente filtrada a periodistas afines (véase “El Mundo”, 9 de abril) con el fin de que la visita tuviera la relevancia requerida.
Naturalmente yo conocía todo esto cuando, en mi columna del pasado martes (“Quijotes”), escribí que el viaje de Cameron era “una ficción para aparentar que se es lo que no se es”. Mis artículos suelen ser viscerales, personales y apasionados, pero no hago jamás una afirmación que no esté documentada. Eso sí, no podía brindar toda la información, ya que no se trataba de un reportaje, sino de una columna de 470 palabras, donde lo que me importaba resaltar era sobre todo que muchos periodistas habían mordido el anzuelo.
Como en este país se lee poca prensa extranjera, muchos lectores se asombraron de mis afirmaciones, y alguno incluso las tildó el pasado jueves, en Cartas al Director, de “simples especulaciones que no están basadas en ningún dato”. Aunque poco le importaba a este señor la verdad, pues defendía la política del “parecer”, con la que evidentemente está muy de acuerdo el mismo Cameron. Es lo mismo que hacía Alejandro Lerroux, que siempre viajaba en primera, pero, cuando estaba a punto de llegar a una ciudad, se pasaba a tercera para aparentar izquierdismo.
La prevalencia del “parecer” sobre el “ser” nos ha llevado a que la política sea una gran mentira, y a que las soluciones que propone resulten ineficaces, pues, lo que nace en la mendacidad engendra mendacidad. Personalmente creo que una de las funciones del columnismo es mostrar el verdadero rostro de las cosas. Es lo que intenté en mi columna. Más allá de las opiniones, los hechos en que se basan son reales, están contrastados y han sido demostrados.
Gregorio Morales
Diario IDEAL, sábado 16 de abril, 2011
LEA LA COLUMNA OBJETO DE ESTA CARTA:
Toda la mendacidad puede que tenga una explicación, incluso la más cercana a nosotros, que en definitiva es la que nos tiene que preocupar. Luego nosotros tenemos el poder de castigar o premiar con la papeleta cada cuatro años. ¿No le parece a Vd. Sr. Morales?. Un saludo. (Tabarrico).
ResponderEliminarHace pocos días se presentaba usted promotor de Cena de Gala, disfrazado de abolengo, rodeado de lujos y demás parafernalia, en una “vindicación” como dio usted en llamarle al hecho de pagar o de rodearse de glamour.
ResponderEliminarImagino que tras semejante distinción vindicativa no podrá usted bajar a al bar de barrio y tomarse unas cervecitas y tapas o un pescaito en la playa.
Vaya a ser que el que le vea en los dos lados y quiera interpretar lo invisible le de por escribir de usted “Vaya ya tenemos a Don Gregorio queriendo parecer del pueblo, a quien cree que engañará el señorito ese del Palace”
Así que de Gala en adelante, señor Gregorio a mantener las apariencias
Excusatio non petita, accusatio manifesta
ResponderEliminarEstimado Anónimo I:
ResponderEliminar¿Por qué trivializas la cuestión? Lo importante es: Cameron fingió para conseguir buena prensa, y muchos periodistas mordieron el anzuelo.
Estimado Anónimo II:
ResponderEliminar¿Acusación de qué? No soy yo el que ha engañado a la prensa, sino Cameron.
Lo único real, visible o invisible, es que la visita de este señor es buena para Granada.
ResponderEliminarY que usted se ha permitido insultar gratuitamente al visitante.
¿O quizás nos falta por saber que somos los españoles los que le pagamos la visita como reclamo publicitario?
Ahí ya me tocaría un poquillo la moral, aunque quizás, analizando el marketing incluso sea bueno pagarle, total vino a turismo de zapatillas.
Si hubiera querido ir de yates habría ido de Marbella para abajo.
Y si todo lo demás se lo pago él, su Turquia, etc, pues que bien para los que se llevaron esos beneficios que a alguien habrán ido.
Y que todos tienen que vivir.
Ni mi preocupa ni me da envidia, pero si me molesta que se desprecie de semejante manera la libertad ajena, aunque sea la de un presidente de gobierno.
A mí lo que me da pena es la mentira. Y la verdad estará para mí siempre por encima del turismo. Lea, por favor, "Un enemigo del pueblo", de Ibsen. Aunque sea sólo la reseña de Wikipedia. Verá que no es usted distinto de quienes, hace más de 100 años, declararon a un ciudadano que decía la verdad ("que las aguas del balneario estaban envenenadas", con el consiguiente efecto negativo para el turismo) "enemigo del pueblo". Yo no soy consejero de turismo. Soy escritor. Si las aguas del balneario están envenadas, lo digo.
ResponderEliminarYo creo que la única mentira es usted mismo.
ResponderEliminarPuede usted intentar darle las vueltas que quiera e intentar demostrarnos que sus insultos están justificados. Pero no hay nada que los justifique.
Indudablemente es usted libre de insultar.
Habría sido mejor que se quedara diciendo simplemente eso "soy libre de insultar a quien quiera", como ha hecho otras veces, usando como escudo que es usted un baluarte de lo invisible.
Pero si por invisible llama lo que no vemos a simple vista pero a lo que conseguimos llegar por la intuición o cierta conexión espiritual, o interpretando las acciones y asimilándolas a intenciones ocultas lo invisible de su persona, Morales, deja mucho que desear.
Yo me presento anónimo
ResponderEliminarPara no humillarle mas
Que su ego he mancillado
Es sus respuestas presiento
Y al orgulloso he tocado
Que no es mas que su jactancia
En su punto debilitado
Ante propios y ajenos
De ser único se jacta
Que descubre la verdad
La descubre y enseña
Siendo libre de insultar
De insultos estamos hartos
Señor mio,
solo alrededor hay que escuchar
políticos de uno y otro lado
solo saben insultar.
Lo mas grave, a nuestras mentes
Haciéndonos escuchar
Día tras día bajezas
Que siempre pueden exculpar.
Yo creí que lo invisible
Era algo digno y supremo
Más cerca de lo eterno
De la justicia y bondad
De los filósofos griegos
De avance en la humanidad
Pero ya veo mi error en esto
Se trata solo de mancillar
El posible honor de otros
Sin darle oportunidad
Ni duda a su a su honor humano
Ni posibilidad de amar.
Le dejo ya D.Gregorio
Puede usted ya descansar
No tendrá más respuestas
A su interno caminar
Así mismo le ruego
No me envíe sus correos
A mí privado buzón
Para darme sus excusas
Queriendo tener la razón
Que yo conozco la mía
Y estoy contenta con ella
Argumento "ad hominem", ¡tan trillado! Así que ahora el que insulta es usted, señor Morales, por ser el mensajero, y no un político que ha intentado engañar a la opinión pública y que debe de haberse reído de su torpeza y falta de inteligencia. No merece más respuesta, señor Morales. Ese tal Anónimo tiene un reconcillo personal contra usted, y ni las palabras más lúcidas del mundo podrán aliviárselo. Déjele seguir a cuestas con su pequeño dolor. Por cierto, atufa a maestro de escuela.
ResponderEliminarMe refiero al Anónimo que hay antes del poema.
ResponderEliminar¿Pero dónde están los insultos a Cameron? He leído una y otra vez la carta y nos los veo por ninguna parte. Tampoco en el artículo a que se refiere. ¿Podríais decir, por favor, cuáles son los insultos?
ResponderEliminarLease usted el artículo Quijotes podrá encontrarlos
ResponderEliminarAcabo de leer "Quijotes" y tampoco veo esos insultos. Lo máximo que Morales dice es que Cameron es "un mediocre ladino". Es decir, no le está llamando "mediocre", sino "mediocre ladino", o sea, que no es bueno para mentir, que no miente bien. ¡Sólo eso! ¿Y esto es un insulto? Entonces al mismo Morales lo estaís vejando con cosas mucho más graves y contudentes: uno le ha dicho que "la mentira es él mismo"; otro que "sólo sabe insultar" o que "trata sólo de mancillar"... Me parece increíble. Y lo único que veo es que proyectan sobre Morales lo que ellos mismos hacen.
ResponderEliminarDa vergüenza leer al anónimo que falta al respeto a los maestros de escuela. Envidioso. ¿Qué tienes contra los maestros de escuela?
ResponderEliminarMe acaban de pedir que haga un comentario acerca de Gregorio Morales. Si hago un comentario a su faceta "literaria" al ser poco conocido y nada trascendente, no que quiero molestar en eso. Si comento su faceta "política" estaría haciendo un comentario acerca de un cretino superficial y traidor. Si comento acerca de su persona, comentaría que siempre tiene el punto de vista freaki e irrelevante de "su" lisérgica egolatría.
ResponderEliminarSí, mejor no comento nada.