Cartel de la obra que se pondrá en escena el próximo 21 de febrero en el teatro CajaGRANADA (20 horas) |
Marilyn no es Monroe
(fragmento)
BILLY WILDER, director de cine. CAMERAMAN. DIRECTORA DE ESCENA. El CAMERAMAN filma. Junto a él, en una silla de director, está sentado BILLY WILDER. A una prudencial distancia, se sienta NATASHA LYTESS. La DIRECTORA DE ESCENA sostiene la claqueta. Tras la claqueta, MARILYN, vestida para el anuncio del dentífrico de La tentación vive arriba
BILLY WILDER:
¡Esto es una locura! Hemos comenzado con cuatro horas de retraso.
MARILYN [insegura, mirando desvalida a la NATASHA LYTESS]:
Yo es que... es que... la escena de ayer... He vuelto a ensayar, pero... no creo que... Por los cielos, no sé... no sé si... si hoy... hoy podré hacerla bien...
BILLY WILDER:
¡Rodemos de una vez! [Hace una pausa hasta que ve que todos están preparados]. ¡Silencio! ¡Cámara! ¡Acción!
DIRECTORA DE ESCENA:
¡La tentación vive arriba! Escena ochenta y tres, toma dieciséis [golpea la claqueta].
MARILYN [segura, satisfecha, sensual]:
“Amigas, hoy he desayunado cebolla y he comido alioli. ¡Pero él nunca lo sabrá! Mis besos siguen siendo dulces y fragantes gracias a Dazzledent. [Hace una pausa, se inclina misteriosa hacia la cámara y habla en tono confidencial, con expresión creciente de terror]. ¡Ahora presten atención! Quiero prevenir a todas las mujeres y jóvenes de Nueva York contra un hombre casado, malvado, peligroso y terrible, que vive en el apartamento debajo del mío. Se llama Sherman, Richard Sherman, S-H-E-R-M-A-N [deletrea]. Mientras su esposa y su hijo veranean en Maine, ese monstruo inefable aterroriza a las jóvenes. Las invita a sentarse en el banco del piano y a aprender solfeo. Y de pronto se vuelve hacia ellas con los ojos desorbitados y espuma en la boca, ¡igual que el monstruo del lago Negro!” [Expresión exagerada de espanto].
MARILYN se queda detenida y en silencio en su cómica expresión de pavor.
BILLY WILDER:
¡Corten! ¡Muy bien! ¡Excelente, Marilyn!
MARILYN mira con ansiedad a NATASHA LYTESS, que se toca disimuladamente la entrepierna. MARILYN se descompone.
MARILYN [trágica]:
¡No, no, tampoco lo he hecho bien esta vez! ¡Quiero repetirlo de nuevo! Por favor, Billy, otra toma...
BILLY WILDER [con enfado]:
¡Lo has bordado, Marilyn! No es necesaria ninguna toma más.
MARILYN [protestando, mirando de soslayo a NATASHA LYTESS]:
¡Sé que aún puedo hacerlo mejor! Te lo ruego, Billy, otra toma.
BILLY WILDER:
¿De nuevo tu profesora, verdad? ¡No está contenta con tu interpretación! No sé qué código tenéis entre vosotras, pero estoy harto de que interfiera mi labor. ¡Yo soy el director! ¿comprendes, Marilyn? [Se dirige irritado y con tonillo a NATASHA LYTESS]. ¿A ver, Natasha, qué es lo que ha hecho mal ahora?
NATASHA LYTESS [con falsa dignidad]:
Si me lo preguntas, tendré que decírtelo.
BILLY WILDER [impaciente]:
¡Vamos de una vez, Natasha! No tenemos todo el día.
NATASHA LYTESS guarda un silencio herido. Cuando la paciencia de BILLY WILDER está a punto de agotarse, habla por fin.
NATASHA LYTESS:
¡No sonríe suficientemente en el anuncio! ¡Y se trata de un dentífrico! ¡Sus dientes tienen que verse durante el máximo tiempo posible! Tiene que pronunciar las frases con mayor claridad, con más sofisticación... Y luego, cuando advierte a las mujeres contra el hombre, la amenaza debe verse en su rostro. Tiene que ser un rostro de conjura, de pecado, que aterrorice tanto a las mujeres como al protagonista... Algo excesivo, como en los sueños, pues se trata de la imaginación calenturienta del protagonista. Ahora lo representa de una forma demasiado simplona, no es la plasmación de una pesadilla...
MARILYN [en un ataque de espanto]:
¡Nunca, nunca podré hacerlo bien! ¡Soy una pésima actriz!
BILLY WILDER [desesperado, de un sitio a otro del escenario]:
¡Así es imposible trabajar! ¡Imposible! [Mira desesperado a NATASHA]. ¡Vas deshaciendo cuanto yo hago! ¡He firmado un contrato para trabajar con Marilyn, no contigo! ¡El monstruo del lago Negro eres tú, Natasha!
Gregorio Morales, Marilyn no es Monroe (2011)
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