«La Universidad de Granada está en contra del
talento»
Hospital Real, sede central de la Universidad de Granada (foto arteHISTORIA) |
Contra el talento
La Universidad española,
con la de Granada a la cabeza, está en contra del talento. Ya sé que resulta
inaudito que una Universidad no ame la inteligencia. Sin embargo, en la vida
suceden cosas así. Los más ateos suelen ser obispos. Quienes más odian a los
adolescentes, maestros. Quienes menos leen, editores.
La Universidad de Granada no ama la inteligencia, sino la jerarquía y la
adhesión. Si se hiciera un estudio de quiénes son contratados en los
departamentos universitarios, muy probablemente se vería que casi en el cien
por cien son becarios de ese mismo departamento o han hecho la tesis en él.
¿Cómo es posible? ¿No hay nunca nadie de otra universidad, de otro país, un
postulante libre, que gane la plaza? En universidades como las de Estados
Unidos, está mal visto que una persona que realiza la tesis en un departamento,
compita luego por ser contratado en ese mismo departamento. Cuando esto ocurre,
se interpreta como una señal de insuficiencia o falta de preparación.
Todo conspira en la Universidad de Granada para que se produzca la endogamia.
Aparentemente las plazas universitarias están abiertas a todos, y la
Universidad hace públicos sus baremos por Internet. ¡Ah amigo, pero hay un
filtro oculto! Los departamentos realizan luego una “concreción” de baremo, ¡y
aquí es donde puede trazarse arteramente el perfil del candidato doméstico!
Baremos hechos a la medida del aspirante nepótico. Imposible sustraerse. ¿Cómo
calcar sus pasos? Encima, este segundo baremo no suele colgarse en Internet,
sino en un tablón de anuncios, al modo vetusto, y a veces aparece el mismo día
en que se cierra el concurso de méritos. Jugada maestra. ¿Cómo puede enterarse
alguien de fuera? ¿Tendrá que desplazarse a la ciudad? ¿Y cómo contará con
tiempo para presentar méritos afines?
A veces ocurren cosas más negras aún. Puede suceder que al segundo baremo
siga un tercero, éste oculto, en la sombra, donde el perfil se ajusta aún más
al solicitante oficioso, como una segunda piel. En una plaza de la Universidad
de Granada que se encuentra impugnada, el Doctorado Europeo de uno de los
candidatos se calificó ¡con cero puntos! simplemente porque el otro aspirante
no lo tenía.
Todo esto sucede en medio de un silencio que se antoja omertá. Y esto es lo
que permite la casta universitaria: padres, hijos, nietos, todos trabajando en
el mismo departamento o en áreas afines, como si se tratase de una herencia, de
un legado, de una propiedad. ¡Que nadie ajeno ponga los pies aquí!
Como ocurre en tantas dinastías, al final la Universidad degenera por
consanguineidad. Frente a unos pocos y grandes talentos, que los hay ¡menos
mal! rampa por doquier la simpleza, la mímesis, el tópico, la ineptitud, el
error, la palabrería y la pseudociencia. Nunca una Universidad fue tan tórpida
y nunca el talento fue tan gran rémora para llamar a sus puertas.
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 10 de enero, 2012
Cuantos hemos visto o padecido lo que cuentas Gregorio... y que poca capacidad para evitarlo, cuando las reglas del juego se van alterando para que el poder sea cada vez más inalterable...
ResponderEliminarSé que cuando alguien se topa con una cosa así, el resultado es el desaliento, un sentimiento de segregación e impotencia. A veces, incluso, de culpabilidad. ¡Pero hay que desprenderse de todo esto y contar lo sucedido! No con ánimo de revancha, sino porque lo podrido hay que sacarlo a la luz. Y mientras no lo saques, la incuria cometida está también en ti. Te insto por tanto a que narres tu caso, en este foro o en el que desees, diario incluido. No olvides que los verdugos cuentan con el silencio de las víctimas. Romperlo es el mejor conjuro contra sus arteros manejos.
ResponderEliminarEl artículo, como otros muchos de la misma pluma, es magnífico. Lo leí en papel, lo recorté y andaba buscándolo en Internet para compartirlo. Retrata a la perfección lo que muchos en la Universidad española, en general, y en la nuestra en particular, padecen. Nunca lo había leído descrito con tanta claridad y tanta valentía, que a menudo no pueden o no quieren permitirse quienes padecen estos abusos. Pocos se atreven a sacar lo podrido a la luz porque tiene un alto coste. Gracias por denunciar estas prácticas que todos saben pero muchos silencian y tapan y muy pocos se atreven a sacar a la luz.
ResponderEliminarGracias, JGN. Sacar a la luz es sanar. No en vano lo que se hace con una casa cerrada es ventilarla y que entre el sol. Nombrando las cosas que pocos osan nombrar, les quitamos el poder de la oscuridad, con el que cuentan los perpetradores. El mal se sostiene sobre quienes celan su nombre.
ResponderEliminarEnhorabuena por el post. Mi corta experiencia en esa Universidad me ha servido, al menos, para saber como no debe funcionar una universidad. Un saludo
ResponderEliminar¡Pues hay que decirlo, mda, justo como haces tú! Excelente y combativo blog el tuyo. ¡Esta es la forma de sacar adelante el talento, la actitud crítica, el estudio! Es mucho lo que podemos hacer si no alabamos las ficticias vestiduras del rey y decimos simplemente que está desnudo. Gracias por la sintonía.
ResponderEliminarMagnífico artículo. Pero, ¿ha pensado su autor el alto precio que le puede costar? –F. Gil Craviotto.
ResponderEliminarMás alto precio le está costando al país esta Universidad ineficiente, sumisa, localista, que premia la obediencia y castiga el talento. En otras naciones, habrían estado intersados en debate mi diagnóstico. Aquí han callado vergonzantemente, porque no hay nadie libre de cuanto se señala. Es la ley de la omertá. Y como es propio de toda mafia, en silencio muñirán atroces delirios contra el mensajero. Pero como no pretendo nada ni deseo nada ni busco nada, lo llevan mal. Tal vez alguno me vuelva la espalda. ¿Y qué? No por eso me va a faltar el oxígeno. Es más, tal vez el aire esté menos enrarecido. ¡Oxígeno es lo que falta en la arcaica institución española!
ResponderEliminar