Teresa Jiménez y Paco Cuenca
Con flores a Paco
El próximo 12 de septiembre beatifican a fray Leopoldo, pero hay un hombre que lo supera en santidad: Paco Cuenca. Lo ha dicho Teresa Jiménez, la abadesa del PSOE de Granada: “Paco Cuenca aporta ilusión, cercanía, diálogo, sensatez, dedicación, compromiso, entrega incondicional, capacidad y sabiduría”. ¡Por los cielos, fray Leopoldo palidece a su lado! Nosotros fijándonos en un beato de los años 50, ¡y tenemos aquí un beato vivo, un beato del siglo XXI!
Los hay que peregrinan al Tíbet para ser ungidos por el Dalai Lama. Otros se plantan en San Pedro. Otros van a La Meca. ¡Pero en ningún lugar tienen a un santo de la magnitud de Paco Cuenca! La celebración del día 12 debería ser en su honor.
Teresa Jiménez no exagera. ¿Cómo va a mentir una madre superiora? Teresa Jiménez dice la verdad y, por cuanto dice la verdad, tenemos entre nosotros al mayor portento que han visto los siglos. Un hombre que es a la vez “ilusionado, cercano, dialogante, sensato, dedicado, comprometido, entregado, incondicional, capaz y sabio”. ¡Casi na!
Llevo buscando a un hombre así toda mi vida. He buceado en la filosofía, en la poesía, en la historia, en las religiones, con la secreta nostalgia de no haber conocido a alguno de aquellos grandes hombres y mujeres que descollaron por su espíritu, ¡y ahora se pone uno ante mí! ¡Que me lo presenten!
Impregnado de híper santidad, Cuenca es sin duda mucho más humilde que fray Leopoldo, de lo que colijo que, si se presenta a alcalde, lo hace resignadamente, a la fuerza, como un sacrificio. ¡Los grandes hombres siempre se inmolan a la comunidad! Qué inmarcesible regalo nos ha hecho Teresa Jiménez.
¡Dos santos en Granada! No tendremos AVE ni carreteras ni espacio escénico ni centro Lorca ¡pero tenemos dos benditos! Los peregrinos que vengan a ensalzar a Fray Leopoldo, deberían rendirle también pleitesía a Paco Cuenca.
Estoy deseando que comience la campaña electoral porque ya no tendré que bucear en los viejos libros para encontrar un poco de verdad. Me bastará con asistir a los mítines de Paco Cuenca. Lo que debe de salir de la boca de alguien con tamañas virtudes tiene que ser gloria bendita. El epítome de la sensibilidad, vamos. Me apuesto que incluso Teresa Jiménez se ha quedado corta por pudor y no ha querido decirlo todo de su novicio. Yo he visto un aura celestial orbitando sobre la cabeza de Cuenca en las fotos que ha publicado la prensa. En ellas, la abadesa lo contempla arrobada, con los transidos ojos de la Santa Teresa de Bernini.
¡Qué cerca está Granada de los altares! Somos la reserva espiritual de España. El mundo será destruido, ¡pero Granada, no, porque tiene un justo vivo! Recémosle a Fray Leopoldo, pero, sobre todo, vayamos con flores a Paco Cuenca.
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 31 de agosto, 2010
Diario IDEAL, martes, 31 de agosto, 2010