El concejal del Ayuntamiento de Granada
José Mª Rueda con su presunto doble
El doble
El concejal Chema Rueda ha salido del armario para confesar lo que nunca confesaron Franco ni Stalin ni Ceaucescu: que tiene un doble. Mira por dónde el chico se queda repantigado en casa y le deja hacer al gemelo.
Antes, lo del doble les estaba reservado a los grandes. Franco tenía un doble que hasta navegaba en el Azor. Se dice que Stalin tenía otro doble que lo libraba de actos engorrosos. ¡Pero que un simple concejal tenga un doble! Una conquista de la democracia, vamos.
Ahora, que el doble se lo han buscado con la típica eficacia de los políticos hispanos, y, por tanto, no se parece mucho al original, razón por la que han echado de menos al sr. Rueda en varios sitios. ¡Por eso ha debido confesar que tiene un suplente, para demostrar que ha estado donde no ha estado!
El doble de Rueda se le parece como una pella a la Piedad de Miguel Ángel. ¿Pero qué más da? La democracia española también se parece a la democracia europea como un botón a un diamante. Y la corrupción de los políticos españoles se parece a la corrupción de los políticos europeos como el Mulhacén a una china. Y la oposición que realiza el sr. Rueda se parece a la oposición de otros países como un mondadientes a un obús. ¿Y qué?
Lo importante es que el concejal se puede comparar con figuras de la talla de Franco, Stalin o Ceaucescu. Aunque sólo se parezca a ellos como un recluta a un general. Los émulos de Rueda eran temibles y caprichosos e imponían sus leyes a toda costa. Rueda es obediente, y no impone nada, sino que se lo imponen. Sus jefes, claro.
Qué maravilla eso de tener a alguien que nos reemplace. “Chaval, hoy te toca aguantar a los coñazos de la asociación de vecinos”. Y nada, tú a irte tan feliz de inauguraciones, banquetes y saraos, y a hacerte esas fotos en las que todos, con sonrisa de oreja a oreja, aplauden al líder.
En los sueños, siempre nos acompaña un doble. Está claro que Chema Rueda vive en un sueño. Lo que no sabemos es si él sueña al doble o el doble lo sueña a él. Para mí, lo segundo. Por eso el chico tiene tan poca capacidad de maniobra.
Seguro que se generaliza lo de tener un doble. ¡Esto sí que es paridad! Cada concejal, con su gemelo. Dos por uno, ni más ni menos. ¡Me apunto! Hoy, por ejemplo, no soy yo quien escribe la columna, sino mi doble. Por lo que pido a los lectores que perdonen su pequeña malicia. ¡Todo sea por tumbarse plácidamente en el sofá! Ahora, que no me dormiré, vayamos a que se me aparezca el doble del sr. Rueda. ¡Y eso no, por los cielos, no!
Diario IDEAL, martes, 29 de marzo, 2011