El miedo embarga España
España aterrada
Miedo es lo que veo allá a donde voy en Granada. No, no es la situación económica. Es algo más impalpable y sutil. Es miedo a los otros. Miedo de alzar la voz, de decir alguna verdad incómoda, de reconocer algo anodino, de mostrarse íntegramente. Aquí y allá los veo pensar qué opinarán antes de pensar qué dirán. Es un miedo inconsciente, subterráneo, intestino, que lo gangrena todo.
No debió de ser diferente en otros tiempos. La Inquisición, por ejemplo, fue fruto del miedo: miedo al pensamiento libre, a la disidencia, a la heterodoxia, a la originalidad. El mismo y terrible miedo de hoy. Y la misma inquisición asumida en los espíritus.
España está aterrada. Y por eso se ha convertido en una tirana cruel. Los españoles piden sangre ante la más nimia falta. Un pequeño error, un despiste, una metedura de pata… e inmediatamente comienzan justicieros ejércitos a rasgarse las vestiduras, a clamar riguroso castigo. El miedo los hace ávidos de sangre. Cuanto más miedo, más despiadados.
Los políticos tienen pavor. La justicia tiene pavor. Las organizaciones ciudadanas tienen pavor. Las instituciones del Estado tienen pavor. El pueblo tiene pavor. Todo es un guirigay que clama venganza. Piensan que siendo inmisericordes con los demás le pondrán coto al canguelo, pero lo único que consiguen es generar más miedo.
España ha sido siempre un país aterrado, pero ha tenido épocas de una cierta liberación. Desgraciadamente, desde el ascenso de Zapatero al poder, el miedo ha inundado los más inaccesibles rincones. En el haber de este gobernante engreído y corto de luces -el peor que ha tenido España en cinco siglos-, está la propulsión del miedo desde un espíritu mojigato y obtuso. Con él, se ha instalado entre nosotros la minucia que escandaliza, la equivocación que inflama, el desvío que acusa altisonante, la leve falta que lleva a la cárcel. Y consiguientemente, como no podía ser menos, la delación y la denuncia.
El miedo resuena en las esquinas, en los hogares, en las cafeterías, en los despachos, en las relaciones personales, y hasta en los sueños. El miedo se ha cernido sobre España como una noche implacable. Es tan universal, tan asumido, tan silencioso, que todo se derrumba cuando una persona sin temor traspone las negras paredes de la pesadilla. Entonces el sistema aúlla como si lo hubieran herido de muerte. Sangra. Y despliega sus más amenazadores fantasmas para intimidar al temerario y hacerlo volver al redil. Pero si éste prosigue en su resolución, las pavorosas barreras caen hechas añicos. El miedo se eclipsa ante quienes no se dejan avasallar por el espejismo. Su audacia es tan espantosa para el sistema, que éste esconde cagado la cabeza.
¡Si sólo hubiera diez personas sin miedo, esta inquisición se desharía como papel mojado! ¿Dónde hay diez personas sin miedo?
Diario IDEAL, martes, 8 de marzo, 2011
Es verdad eso del miedo que provoca Zapatero; desde que gobierna, no se puede ser diferente, que se lo digan a los homosexuales; las personas dependientes están más desprotegidas que nunca y los autónomos no se pueden poner enfeermos. Nos sacó de la fabulosa guerra de Irak en conspiración similar a la que hizo ZAPATERO colocando las bombas del 11-M, cuando ZAPATERO planifico la guerra civil contra nuestro queridisimo generalisimo o cuando ZAPATERO realizó el 23-F donde se mantuvieron en pie sólo Manuel Fraga y José María Aznar, mientras Adolfo Suarez y Santiago Carrillo se arrastraban por el suelo; el último, Carrillo, rezando a todos los santos.
ResponderEliminarLa furia de ZAPATERO desata volcanes que cubren el cielo de Europa para que no vuelen aviones, crea maremotos, hunde petroleros como el Prestige o hace que se estrellen los YAK-42 CONTRATADOS POR SU PROPIO GOBIERNO.
Rajoy es nuestro luminoso futuro, con sus aportaciones constructivas al gobierno, la limpieza de su partido, no como ZAPATERO y su caso Gurtel. La tolerancia del entorno de Rajoy es impresionante, pues es evidente que Rubalcaba prefería morirse a asistir a la última sesión de control al gobierno, lo que es capaz de hacer un socialista por no cumplir con su deber.
Lo dicho sin ZAPATERO hoy seríamos notablemente más libres y podríamos emborracharnos como cubas antes de ponernos a doscientos kilómetros hora en la carretera, sin miedo, reduciendo así notablemente, de paso, el número de parados en España. Sigamos los ejemplos de Aznar y Rajoy, adalides de la libertad.
Este correo es simplemente una prueba de la simpleza en la que están sumidas algunas mentes de este país. Decir que Zapatero es el peor gobernante en la historia de España, ¿es decir algo a favor del PP? ¿De Rajoy, de Aznar? ¡Por Zeus! ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Entonces no podemos criticar porque hacerlo significaría caer en brazos de los otros. Con este maniqueísmo, lo que desean es negar la crítica. Así vamos.
ResponderEliminarNo sé qué se estudia en Políticas, que debiera ser la carrera, digo yo, de los que luego quieren ser políticos.
ResponderEliminarTampoco sé cuales son los estudios internos de los partidos, no ya para gobernar un pueblo, sino, simplemente, para dominar al pueblo.
Una de las tácticas mas usadas para dominar a este pueblo es la táctica del miedo y la culpabilidad.
Fue en los tiempos de Felipe González cuando, a veces, levantaba la cabeza de mis diarios quehaceres y miraba alrededor.
Creía ver una sociedad a la que se sembraba culpabilidad para luego callar con el miedo.
En esa España solo veía fiestas, jolgorios, alcohol, bailes y drogas, que llegaban a manos llenas para callar al pueblo culpable.
Después subsidios y mas subsidios para seguir atrapando al pueblo en la culpabilidad.
Luego leyes y mas leyes para poder callar a aquellos que no habían podido hacer culpables con el alcohol, las drogas o los subsidios…
Sea como sea haya que conseguir hacer sentirse culpable de algo al pueblo para poder dominarlo con el miedo.
Tácticas.
¡Qué iluminador comentario, Ana Mª! Sobran mis palabras. Tu clarividencia da el diagnóstico preciso.
ResponderEliminarQueridísimo Anónimo, lo malo no es que seas tonto, que también, sino lo malo es que tú crees que o estás conmigo o estás contra mí. Odias las críticas que se hace a los tuyos. Bien, eso no es democrático, pero no alardees de tal. Dinos, por favor, a qué tendencia dictatorial perteneces, más que otra cosa, por afán clasificatorio. Como ya tenemos un pigmeo disecado (lo teníamos, Zapatero o equivaletes lo quitaron) en Banyolas, deberíamos disecarte a ti también, ¡quedarías de un mono!
ResponderEliminarNo, Miguel, Anónimo no es tonto. Es que es un miembro (o miembra) del gobierno, probablemente parlamentario, y, claro, se debe a su amo y señor. Y cuando se está en la servidumbre, es mejor no ver. Cuanto más ciego, mejor. El pobre Anónimo está ciego y lleno de los mismos tópicos que baraja la oficialidad gubernamental. "Si me criticas, es que eres del PP, claro".
ResponderEliminarEs verdad el miedo existe. A la inseguridad ciudadana, al malvado con titulación de "Loco", a perder el trabajo, a los sinvergüenzas, a los radares, a la factura inesperada, etc, etc,totalmente de acuerdo con Ud. Un paisano.
ResponderEliminarMás allá de disquisiciones políticas, una gran verdad. El miedo corre de casa en casa, aunque sea miedo al mismo futuro.
ResponderEliminarUn saludo.
¿Sabeis lo que es miedo?
ResponderEliminarOir por los hogares del pensionista "asustaviejas" acoquinando a los abuelos diciéndoles que "si entra la derecha" peligran sus pagas.
Miedo para ese público indefenso que hasta se lo cree realmente.
Asco para quien alguna vez lo haya tenido que escuchar y tragárselo sin poder decir nada viendo como los de su alrrededor asienten con la cabeza.