«Sólo nos separan unos metros del pasado y del futuro»
Dependencias de una típìca villa romana (foto: latinsada) |
Estrellas
Todos los tiempos son simultáneos y, si no, que se lo
pregunten a los obreros que construyen en los Mondragones un complejo de
aparcamientos, comercios y zonas deportivas. Bajo sus pies, está emergiendo una
villa romana en todo su esplendor, hasta el punto de que, si se confirman las
expectativas, podría convertirse en la más importante de Andalucía. Dicen que
sólo hay restos similares en Túnez.
Da vértigo
pensar que de pronto, en el lugar más anodino, se puede abrir un agujero del
tiempo, y que no es necesaria ninguna nave para surcarlo, sino sólo la
casualidad o el presentimiento de algún avezado arqueólogo. Extraño que sólo
nos separen unos metros del pasado, lo mismo que quizá sólo nos separan unos
metros del futuro. Todo está aquí, sólo basta tener suerte o saber verlo. Árabe
en la colina. Latín en el llano. Casi la historia de la humanidad. Dos inmensas
culturas contiguas.
Las
edificaciones son del siglo I, aunque avanzan en estratos hacia centurias
posteriores, hasta ser asoladas probablemente por una horda de bárbaros. Lo que
han aparecido hasta ahora son enterramientos y una gran almazara que hace
suponer que la mansión del propietario puede ser considerable. Y ésta es la
tarea: encontrarla. Si aparece, la Alhambra tendrá una estrella que la
acompañe.
Y aquí surge un nuevo milagro, éste
contemporáneo: Ayuntamiento y Junta están de acuerdo en poner los terrenos
limítrofes a disposición de los arqueólogos. Es más, para la conservación de la
almazara se ha modificado el primitivo plan de obras. ¡Qué pena que no se
actuara así con los restos arqueológicos que aparecieron en la reciente reforma
del hotel Palace!
Adentrarse
en el pasado no a través de los libros, sino de forma directa, como un
explorador, es una de las aventuras más apasionantes que se puedan experimentar.
Por mí, me haría contratar de botones en esta audaz búsqueda. Sería el más
feliz con que me dejaran manejar las escobillas que van lenta y delicadamente
haciendo emerger ladrillos y mosaicos.
Un día vendrán los científicos
del futuro a demostrarnos que los sentimientos, las vidas y el espíritu de una
época quedan impresos en los objetos que la acompañaron. Para quienes como yo
hemos vivido considerando la intuición un medio de conocimiento parejo a la
razón, estos lugares nos embargan con los sentimientos, historias y perspectivas
de sus habitantes. Y es que el espíritu es como la luz de las estrellas: nunca
se extingue y viaja por el universo en fotones; y, a veces, queda apresado en el
interior de la tierra, como un tesoro, como un holograma listo para proyectarse
en cuanto se rompa el sello. Entonces te iluminan desconocidas voces, extrañas
creencias, impensadas vidas
Un nuevo sol acaba de nacer en
Granada. Confío en que se lo deje brillar. Desde luego, la ciudad tiene
estrella. Por eso no se comprende que sistemáticamente se vea estrellada.
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 12 de marzo, 2013
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