martes, 4 de junio de 2013

TALENTO

«España es a los muertos lo que el mundo anglosajón es a los vivos»

Una de las ilustraciones humorísticas de Guillermo Soria (fuente: IDEAL)
Talento

Somos generosos con los muertos y cicateros con los vivos. A los segundos, les escatimamos elogios y reconocimiento, mientras a los primeros se los ofrecemos de forma desmedida. ¿No debería ser al revés? Una sociedad sana, volcada en el presente, no tendría problemas en celebrar cuanto de superior tienen quienes nos rodean. Pero vivimos en una colectividad sustentada en el pretérito. Callados con quienes son, locuaces con quienes han sido. ¡Sí, debería ser al revés!
            Cuanto se ha dicho estos días de Guillermo Soria, el humorista de IDEAL recientemente fallecido, es verdad y ha sido escrito con sinceridad y corazón, ¿pero no sería mejor haberlo dicho mientras vivía? Y no basta con haberlo dicho entre amigos y corrillos, sino públicamente, de la misma forma que se ha hecho después. ¡Cuánto nos cuesta aplaudir el talento de los vivos! Es como si temiéramos que su luz nos arrase y tratáramos de ponernos a resguardo. No reparamos en que los pueblos que avanzan, los que marcan el progreso, son los que reconocen la grandeza de los vivos y la glosan apasionadamente.
            Los elogios son vistos con reticencia. Se piensa que están motivados por el interés, para conseguir algo, para pagar algún favor o como contrapartida de alguna dádiva. Las alabanzas no venden. Lo que vende es poner por los suelos a los vivos, y de ahí los programas basura de nuestra televisión. España y el mundo hispánico son a los muertos lo que el mundo anglosajón es a los vivos. Natural que los talentos se gangrenen o tengan que emigrar o ser reconocidos fuera.
            ¡Pero tú puedes invertir la situación! Toma un papel y escribe media docena de personas próximas a las que admires, que te parezcan especiales, que sean magníficas en algún terreno, originales, creativas… ¡y no esperes a que las palmen para difundirlo! ¡Hazlo ahora! Porque una sociedad es responsable de lo que ve, y lo que ve es hacia donde va. En España es un delito el talento. Luego es al talento hacia donde tenemos que mirar. Si empiezas, seguirán otros. ¡Y tal vez le demos un vuelco a esta sociedad derrotada!
            ¡Pero ojo! El talento, el genio, lo original, la creación, proyectan a veces sombras, y no se trata de pasar de puntillas por ellas. Es la diferencia entre adulación y reconocimiento. La sociedad de los muertos adula o veja, pero la de los vivos celebra y discute. ¡Esta es la crítica que las sociedades fúnebres no pueden tolerar, la que toma en serio el talento y por ello dialoga, debate con él! Por eso la crítica no existe en España, pero sí la adulación servil o la descalificación brutal.
            Guillermo Soria fue un humorista medio, pero, en los últimos 365 días, alcanzó la categoría de genio. Sus mejores chistes, sus inteligentes punzadas, sus clarividentes vueltas de tuerca, tuvieron lugar sin interrupción durante el año que precedió a su muerte. Como si se hubiera despojado de todo y hubiese entrado en las claves de la inteligencia y del humor, ese que no sólo genera sonrisas, sino que sacude, ilumina y descubre. Durante un año, un genio habitó entre nosotros, pero, como le ocurrió a Heráclito en Atenas, estuvo aquí y nadie lo reconoció.

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 4 de junio, 2013

6 comentarios:

  1. Magnífica columna!!!

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  2. Suele pasar por la propia ignorancia y el orgullo de los hombres.
    Lo comparto en mi muro.
    Un abrazo Gregorio

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  3. Felicito tu agudeza y franqueza, como bien dices es un problema que tenemos los latinos en general. Mira que te escribo desde el fin del mundo, y tenemos el mismo problema.
    Un abrazo.

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  4. Y olvidaba comentarte, que llegué a ti a través del muro de Marian.

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    1. Sí, Taty, es un problema de todos los latinos. Tenemos la misma herencia. Pero muchas veces las cosas tienen poder porque no somos conscientes de ellas. Basta serlo para comenzar a liberarse.

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