«¡Que se
haga la vista gorda sobre la mafia de tuberías y contadores aviesos!»
Venenosas tuberías de plomo que aún quedan en muchas casas españolas. Foto: Hiermar |
Agua oculta que llora
Thomas Stockmann es declarado “enemigo del pueblo” en una
obra de Ibsen por afirmar que las aguas del balneario del que vive
turísticamente su ciudad están contaminadas. ¿Me sucederá lo mismo por declarar
que parte del agua de Granada está tan enferma como aquélla? ¡Sí, esta agua tan
alabada por su procedencia serrana y aparente pureza!
Las tuberías de plomo de las
casas edificadas hasta los 80 infectan el agua doméstica. La inhalación o ingesta
de este metal, aunque sea mínima, produce niveles intelectuales bajos en los
niños y, en general, dolores de cabeza y estómago, problemas renales, desorientación,
pérdidas de memoria, anemia, hipertensión, sordera, debilidad muscular y
ciclotimias. ¡Cuántos de los males que aquejan a nuestros mayores no tienen su
causa en esta agua contaminada!
Ante este peligro que juega a la
ruleta rusa con tantos granadinos, EMASAGRA, el monopolio abastecedor, calla. Ninguna
campaña, ningún consejo, ninguna iniciativa. Lo único que le interesa es cobrar
uno de los recibos más abultados de España, reservar sus puestos de dirección a
secuaces políticos y promover baratos ditirambos del agua usufructuando el
pequeño ego de los escritores locales.
Claro que puede lavarse las manos
(¡seguro que lo hace en agua libre de plomo!) aduciendo que la responsabilidad
de las tuberías interiores es del propietario. Y lleva razón, sólo que dado que
la mayoría de ellos ignora los peligros a los que están expuestos, resulta
monstruoso abandonarlos a su suerte. Aunque muchas fincas tienen tuberías de
hierro o de cobre, los ramales que entran y salen de los contadores siguen
siendo de plomo. Éste se encuentra incluso en las soldaduras y en los
precintos. ¿Cómo no se alerta a la población, se la ayuda, se la impulsa a
realizar urgentes cambios?
Nuestros filantrópicos regidores,
tan ocupados ellos por el confort de los ciudadanos, se han carcajeado de la
disposición transitoria segunda del Real Decreto 140/2003 que establece que “la
autoridad sanitaria velará para que la administración local antes del 1 de
enero de 2012 muestree el agua de consumo humano en campañas periódicas, en
locales, establecimientos públicos o privados y domicilios particulares,
representativos de cada abastecimiento, construidos con anterioridad a 1980,
con especial atención a la determinación de los parámetros relacionados con los
materiales instalados en las instalaciones interiores y aquellos relacionados
con el mal mantenimiento de la instalación interior que pudieran representar un
riesgo para la salud.”. De modo que muchos de los grifos de los barrios
tradicionales están sirviendo un agua insalubre. Parece incluso que hay lugares
en que la contaminación asciende a niveles trágicos, como en el Albaicín, donde
el saturnino metal campa por sus respetos como una siniestra legión de pies
negros.
No debe de ser imposible
demostrar la relación entre el consumo de agua contaminada y algunas de las
enfermedades que sobrelleva la población. ¿Es el tanto por ciento de sordos
granadinos mayor que el de otras localidades que han realizado tempranas y
masivas campañas de prevención y sustitución de tuberías y contadores? ¿Se dan
aquí en mayor grado problemas neuronales?
¡Pero silencio! ¡Que se haga la
vista gorda sobre la mafia de tuberías y contadores aviesos, que se mantenga la
omertà! ¿Me declararán “enemigo del pueblo”? ¡Sólo puedo admirarme de cómo
acertó Manuel Machado cuando dijo que Granada era “agua oculta que llora”!
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 21 de enero, 2013
Es cierto. A todo esto habría que añadir la enorme cantidad de cloro, que, como sabemos, es marcadamente cancerígeno, que los responsables de EMASAGRA, añaden todos los días al agua. Su finalidad es evitar que las defiencias de las tuberías produzcan trastornos digestivos, algo que sería inmediato y palpable al momento, en tanto que el cáncer del cloro es mucho más lejano y siempre posible de imputar a otras causas. Yo, como no me fío nada del agua que sale del grifo, siempre consumo agua de botella, incluso para el té. Mi felicitación a Grecogio Morales por por tocar este tema candente.-F. Gil Craviotto.
ResponderEliminar¡Terrible lo que cuentas! Lamentablemente la economía de mucha gente no está como para no beber del grifo. ¿Además, no publicitan esta agua como la mejor de España? La dejadez de autoridades y responsables es una infamia sólo comparable a las infamias que hemos visto de despojar a los ahorradores más humildes de su dinero. El egoísmo insolidario de la clase política se manifiesta en todo. ¡Gracias por tus inestimables datos!
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