LAS MOTOS DE ZAPATERO
Los letreros luminosos de la circunvalación de Granada rezaban este finde: “Conductor, piensa en las motos”. ¡Vaya, hombre!, me digo. ¡Ahora me imponen hasta en qué pensar! ¿Y si no quiero? Si deseo, por ejemplo, pensar en los camiones, o en la Sierra, o en el amor, ¿me pondrán una multa? Me temo que, al igual que alcoholímetros, tengan ahora pensamentímetros.
Ya decía yo que este gobierno quiere inmiscuirse hasta en el alma. ¡Ahora nos ordenan pensar en motos! Tal vez así nos alejan de la política. Tal vez así buscan que no nos demos cuenta del declive de España. Quieren que pensemos en motos porque son imagen de soltura y libertad. ¡Conductor, aunque el país se abata, tú piensa en motos! Como en los tiempos de Franco, cuando dictaban que pensáramos en el fútbol. “¿Que no hay partidos en España?”, se indignaban los jerarcas. “Consultad la liga, chicos”. Lo mismo ahora: “¿Qué no hay libertad en España? Pensad en las motos, tíos”.
O sea, que en España tenemos libertad. La libertad de pensar en motos. Por lo demás, hasta el más leve pensamiento heterodoxo está penado. Quieren que pensemos en motos y que, si por casualidad, se nos ocurre pensar en otra cosa, el miedo nos atenace. No pretenden convencer, sino apabullar. Por eso, no enseñan, sino que publicitan. No educan, sino que punen.
Imagina por unos segundos que el autor de tan ingenioso eslogan esté tratando de decir “Conductor, sé respetuoso con las motos”. ¡Entonces es que no sabe escribir! Entonces es que se trata de un aventajado alumno de una de las 18 leyes de Educación que acribillan el país. Para semejante lumbrera, “pensar” es sinónimo de “andarse con cuidado”. El franquismo hacía la misma identificación. Cuidado con las motos, sí, ¡pero no con los motoristas! Las motos, chico, circulan solas.
Incultura del Gobierno de España. ¡Con lo fácil que habría sido decir “Conductor, respeta a los motoristas”. No hay nada gratuito, sin embargo. De la frase se desprende subliminalmente que desean que no pensemos en nada. O sólo en los deportes, en el fútbol, en la salsa rosa. Y que lo demás se lo dejemos a Zapatero el Prócer. El eslogan es la perfecta definición del Presidente del Gobierno: “Ciudadanos, yo sólo pienso en motos”.
Lamentablemente Zapatero no sabe conducir y se ve obligado a invocar a San Político Correcto para que lo haga. Por eso el país no huele a gasolina, sino a incienso. Y las calles están infestadas de parados, indigentes y pobres.
El Gran Líder que habita en la Moncloa confunde a España con una motocicleta a la que conduce un espectro. Luego el choque resulta inminente. ¡Conductor, cuando te digan que pienses en motos, tú piensa en Zapatero, y a lo mejor logras que no se estrelle contra ti!
Diario IDEAL, martes, 4 de mayo de 2010
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