Andrés Cárdenas presenta la novela de Mercedes Pinto
"La última vuelta del scaife". 10 de diciembre de 2009.
"La última vuelta del scaife". 10 de diciembre de 2009.
Sin micrófonos. Sin luz
Tiros
Sin micrófonos. Escribes en Google “Casa de los Tiros”, contemplas las imágenes de los actos que tienen lugar en ella y parece que has cambiado de época. Mesas rasas, sin alcachofas electrónicas*. Los conferenciantes, a desgañitarse. Como se tuvo que desgañitar Enrique Morón el pasado miércoles en la lectura de su excelente monólogo teatral “La buhardilla”.
¿Es un desprecio de Paulino Plata? ¡No! Es que mola más a palo seco. Para las solemnidades, alquilan micros, claro. Pero para los actos de la plebe, ¡que los intervinientes usen sus cuerdas vocales, hombre! Para eso les ponen un coqueto vasito de agua. Y a dar tiros. Tiros vocales, se supone.
¡Para que luego digan que aquí la tradición no se respeta! El consejero Plata, el delegado Benzal, y el director Oliva, son visceralmente fieles al siglo XIX. De ahí que hayan erradicado la electricidad. Por eso, la sala de conferencias está generalmente a oscuras, y los intervinientes tienen que darse puñetazos en las pupilas para poder vislumbrar los textos. ¡Por las estrellas, a la cultura!
Con la única fuerza de su voz, Enrique Morón se esforzaba por ser escuchado en un patio que se comía las palabras, y por el que no paraba de pasar gente hacia las oficinas o el museo. ¡Y eran los propios espectadores los que tenían que cerrar la puerta! Así, si no oían con claridad, al menos hacían de conserjes.
¡Tienen tantos gastos! Hay que pagar los caprichos de los amores de don Plata, es decir, de Antequera, de Málaga, de Cádiz… Y los viajes. Y los hoteles donde se aloja el galán. Y ¡hay muchos pesebres! De caballos, claro. El de la Casa de los Tiros, no obstante, es de onagros. ¿Acaso no se trata de una especie protegida? Plata, Benzal y Oliva quieren hacer honor a Andalucía. Por eso no hay micrófonos. ¡Para que los intervinientes profieran típicos tiros vocales andaluces!
¿O es otra cosa? Tal vez, como se trata de un asunto de sofisticada técnica, aún no han encontrado al funcionario que merque los micros. Quizá algún día oferten la plaza en el BOJA. Mientras tanto, ¡a barritar como elefantes! Si Morón salió con la voz tomada, fue por su culpa. ¿Quién no sabe que en la Casa de los Tiros hay que fusilar las cuerdas vocales? Y si los disparos no llegan al gallinero, ¡pues que el conferenciante reparta folios para pergeñar trompetillas!
No es propio de los marqueses de los Tiros rebajarse comprando micros, y luego tener que prepararlos para cada acto, ¡vamos! Ellos son señores ¡y esa es tarea de criados! En la Casa de los Tiros, sólo Plata, Benzal y Oliva van de tiros largos. Los demás, tiran de sus gargantas. ¡Anda que no son bonicos los jipíos! ¡Si es que hasta suenan a flamenco! Así que de micrófonos nada. ¡Cante güeno!Diario IDEAL, martes, 31 de mayo, 2011
Increíble Gregorio.
ResponderEliminarAsí cuidan el arte en este País.
¡De pena!
Al leer se le baja a una la moral.
Un abrazo y sigue destapando aunque se remuevan las tripas.