«En España no hay izquierda,
sino izquielerda»
La izquielerda en su salsa, bailando el charlestón. (De siniestra a diestra: Alfredo Pérez Rubalcaba, Cayo Lara, Diego Valderas y José Antonio Griñán) |
La izquielerda
En España no hay izquierda, sino izquielerda. Es decir, izquierda lerda. Cualquier relación con el pensamiento singular o lateral es pura coincidencia. Esta izquielerda es rancia, tópica, manida. Sus dirigentes están desnortados y creen vivir en fenecidas épocas. Por eso utilizan los mismos métodos antañones, a pesar de que se ha demostrado reiteradamente su ineficacia. Como esos miles de firmas recabadas contra la visita que pasado mañana inicia el Papa. ¡Aún no se han percatado de que así la refuerzan! En su ignorancia, no saben que potenciamos aquello contra lo que luchamos. Esta izquielerda nos brinda el mensaje subliminal de que el Papa es muy importante. Tan importante que su simple presencia les hace movilizar cientos de miles de firmas y la tumultuaria contramanifestación de mañana.
Cuanto más se obstina la izquielerda en su oposición, más agiganta la figura papal. Como no han salido del trasnochado anticlericalismo decimonónico, le siguen dando al Papa la importancia que tenía hace tres siglos. ¡Ilusos! Su impericia pertrecha de argumentos a los clérigos, que claman: “¡Mirad, estamos siendo perseguidos de nuevo! ¡Los ateos nos acosan!”. Y allí donde hay persecución, los seguidores brotan por generación espontánea. Así que lo que realmente está haciendo la izquielerda es engrosar las filas papales. Sin su torpe griterío, lo de mañana sería un acontecimiento religioso más, de los que hay cientos en el mundo. Con la izquielerda indignada, se convierte en un acontecimiento político, de modo que la Iglesia aparece como adalid de la libertad frente a quienes intentan silenciarla.
¡Pobre España! Un país sin su lado izquierdo va a la deriva. Y si en lugar de lado izquierdo tiene izquielerda, entonces va directo al precipicio. España se hunde y pronto será un agujero negro.
La izquielerda está en contra de la visita del Papa, pero si mañana los llamara Zapatero, correrían que se las pelan a la Moncloa. ¡Y sin embargo, Zapatero es el presidente más beato (políticacorrectamente hablando) que ha tenido España, mucho más que los Reyes Católicos o Carlos V! Más de un millón de hombres han padecido ya sus inquisitoriales leyes de género. Cuando la izquielerda haya sido triturada, sabremos el verdadero resultado de su cruzada.
La izquielerda le pone al presente el corpiño del pasado. Contemplarla es viajar en el tiempo y toparse de pronto con la época del charlestón.
España no tiene izquierda. Cayo Lara es a Zapatero lo que Valderas es a Griñán. Todos ven la misma perspectiva ajada, defienden las mismas tácticas ignaras, imponen los mismos tópicos herrumbrosos y caen en los mismos ridículos espejismos.
¡Qué lejos estamos de una izquierda real! El Papa deberá darle las gracias a esta izquielerda por la magnífica campaña que le está haciendo. Ni todo el oro del Vaticano la habría logrado. Pasado mañana habrá muchedumbres en las calles gracias, entre otras razones, a la izquielerda. ¡A enemigos así, alfombra de plata!
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 16 de agosto, 2011
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