«¿A cuántos orgones llegas en la cama?»
Un acumulador de energía orgónica |
Sexo tonto
¿Estás satisfecho
sexualmente? La Universidad de Granada se encarga de estudiarlo. Wilhelm Reich
intentó responder a esta pregunta en los años 40, para lo que se sacó de la
manga el orgón o unidad de placer. ¿A cuántos orgones llegas en la cama? Reich ideó
un instrumento para medirlos, un contador Geiger adaptado, y otro para
crearlos, el acumulador de energía orgónica. Pero la Universidad de Granada
¡tan moderna! se sirve en su lugar de viejos libros contables. En el Haber,
garabatean el goce que le proporcionas a tu pareja; en el Debe, el que recibes.
Y luego hacen el balance.
¡Más decimonónico imposible! Los padres del mecanicismo estarían muy
satisfechos. Dos máquinas que se acoplan a distintas energías. La diferencia es
la satisfacción. ¡Vamos, ni una pincelada de pensamiento complejo! Hasta un
niño podría trabajar en el Departamento de Psicología de la Universidad de
Granada.
¿Y con quién están haciendo el estudio? No te asustes. No, no lo hacen en
vivo. No ponen a los sujetos a copular con el cuerpo lleno de electrodos. En su
lugar, piden a los individuos que rellenen aburridos cuestionarios. ¡Es que si
no doña Correcta podría tirarles de las orejas!
Tampoco seleccionan a los sujetos. Al menos, para la parte del estudio cuyo
cuestionario está colgado en Internet y puedes rellenar si lo deseas*. ¡Hasta
han hecho un llamamiento público! Yo mismo lo he secundado, aunque no he respondido
como Gregorio Morales, sino como una chica de 27 años que vive en Frigiliana
(Málaga), es bisexual y mantiene varias relaciones simultáneas. ¡Ha sido tan
fácil! Te repiten una y otra vez las mismas preguntas porque creen que quien
mienta se contradecirá, pero resultan tan palmarias, tan inocentes, tan
machaconas, que sólo un calamar podría llevarse a error.
Lógicamente no lo he hecho para jugar con la Universidad ni para
confundirla, sino para demostrar lo poco riguroso de estos estudios, la nula
representatividad de las encuestas, lo azaroso de las respuestas y, por tanto,
la inconsistencia de las conclusiones. ¡Algo que no sirve para nada ni indica
nada! Bueno, tal vez se lo pasen bien los investigadores, como los niños que
juegan a cowboys. Pero sólo eso. Desde un punto de vista científico, es, como
decía la canción de los Dire Straits, “money for nothing”. Dinero dilapidado,
ciencia inservible y apócrifa. Wilhelm Reich en versión cañí.
Investigaciones como ésta rampan por
el mundo, no es sólo la Universidad de Granada. Por eso, pueden maquear de
rimbombantes patrocinadores. Aunque allende los Pirineos no existe la endogamia
universitaria nacional, sí hay una endogamia intelectualoide. Así que la
mayoría de los estudios científicos que no entran directamente en la
experimentación (física, química, biología…), son abstrusos trabajos plagados
de ingenuidad, tautologías y resultados ilusorios. Como éste cuyos hallazgos
estoy deseando conocer. ¡Eso sí, que quiten a la chica de Frigiliana!
* El test sobre "Satisfacción sexual" se puede encontrar y responder en la web:
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes 22 de noviembre, 2011
Con la afirmación "la mayoría de los estudios científicos que no entran directamente en la experimentación (física, química, biología…), son abstrusos trabajos plagados de ingenuidad, tautologías y resultados ilusorios" se comete una generalización que asusta. Una falta de respeto absoluta para la buena ciencia que hace más allá de lo que en el texto se llama "experimentación".
ResponderEliminarQuerido Gregorio, el texto no está a su altura. Superficial y propio de un alumno de bachiller que asiste a un curso introductorio sobre ciencia. Sin quitarle la razón sobre la asombrosa falta de control del estudio que comenta, de ahí no puede llegar a las conclusiones a las que llega. Parece que le interesa más polemizar por polemizar, que el hecho de argumentar lo que comenta. Una recomendación....¡¡Recíclese sobre su formación "científica"!! Un físico experimental como yo no suscribirían en absoluto sus palabras sobre la división que hace de "ciencia buena" y "ciencia mala". Totalmente de otra época. ¡¡Zapatero a sus zapatos!!
ResponderEliminar-Primer Anónimo, llevas razón, es injusto decir "la mayoría". ¡Pero hay tantos! Reconozco en cualquier caso que debería haber dicho "parte de" o "gran parte". Gracias por la especificación.
ResponderEliminar-Segundo Anónimo, sólo hay una ciencia, la buena; la otra no es ciencia. Yo no divido entre buena y mala ciencia, sino que señalo lo que creo no es ciencia. No amo polemizar, pero creo que polémicas de este tipo son sanas. En cuanto a mi formación de "alumno de bachiller", ¿de los de antes o de los de ahora? Por cierto, ¿ha leído el artículo que aparece en el último número del "Scientific American" (Noviembre 2011,edición americana): "Thought Experiments". Va de Filosofía experimental. ¡Y es Filosofía! ¡Pero también es Ciencia! Léalo.
Querido Gregorio (soy anónimo 2), eso de que sólo hay UNA ciencia...Ufff!!!! Esa conclusión se corresponde con la visión tradicional basada en la ciencia como aplicación del método científico. Sin embargo, la historia de la ciencia ha puesto de manifiesto las particularidades en la forma de hacer esto en función del objeto de estudio, disciplina, etc., y la necesidad de huir de la visión "sí ciencia" vs. "no ciencia". No es cuestión de categorías separadas. Le recomiendo un libro (con un poco de filosofía, otro poco de física, otro poco de sociología, otro poco de antropología, y otro poco de psicología). El artículo que me ha recomendado lo conocía, y sinceramente, me parece excelente. Espero que mi recomendación le aporte dudas:
ResponderEliminar¿Qué es la ciencia? (John Ziman).
Léalo.
Anónimo 2: Tomo nota del libro. Me lo voy a pedir inmediatamente. Gracias.
ResponderEliminarAhora que, ¿cómo no voy a pensar yo que hay otras formas de aprehender la realidad, a veces tan precisas o más que las de la ciencia experimental? ¡Yo que creo que el arte y la literatura son una vía de conocimiento! ¡Que milito en la estética cuántica! ¡Claro que hay otras formas de penetrar en la realidad y que son también "ciencia"! Pero esto es mucho más difícil aún que lo experimental. Y lo que uno suele ver en aproximaciones de este tipo es eso: los prejuicios del investigador elevados a ciencia. También ocurre con lo experimental, pero el hecho de que la hipótesis deba poder reproducirse en laboratorio es un tamiz a muchas supercherías (no a todas, ya lo sé). En fin, esto se está convirtiendo en un debate en profundidad que deberíamos tener en público, ante un auditorio. Es la única forma de expresar todos los matices y todas las ideas. Mientras tanto leeré el libro de Ziman.
Anónimo 2: Leído primer capítulo del libro. ¡Hasta el autor llama "metacientíficos" a quienes no siguen los métodos tradicionales de hipótesis, demostración y reproducción en laboratorio. No podemos prescindir de lo que el mismo autor llama Leyenda de la Ciencia. Pues entonces valdría todo. Necesitamos esa Leyenda. Pero por lo demás, coincido al cien por cien con Ziman: la ciencia "tradicional" no es el único modo de conocer. Hay otros caminos. Pero desde esos otros caminos, se puede decir si un trabajo es científico o no. El estudio sobre Satisfacción Sexual no lo es ni desde el punto de vista de la Leyenda ni del de la metaciencia, ya que adolece de simplificación y de falta de rigurosidad en la elección de los sujetos. La satisfacción sexual es más que un balance entre el Debe y el Haber. Curioso, tal vez debería haber sido más metacientífica, en el sentido que le da Ziman. Al estudio de la satisfacción sexual no se puede llegar de otro modo. En fin, gracias por los apuntes, por la crítica y por el libro recomendado. Seguiré leyendo.
ResponderEliminarUn placer que le esté gustando el libro (Anónimo 2). Y un placer leer sus respuestas!!
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