miércoles, 27 de febrero de 2013

PELIGROSA BELLEZA

«La vida de Montes Neiro, el decano de los reos de España, ha sido una vida bella»

Miguel Montes Neiro y Antonio Izquierdo en la presentación de la biografía del primero el pasado 14 de febrero (foto: El Mundo
Peligrosa bellez

Miguel Montes Neiro, el preso más antiguo de España que logró ser indultado hace un año, dice que ama la libertad, pero no la ama sobre todas las cosas. Si fuese así, habría dicho que no a los amigos peligrosos con los que se ha mezclado para vender un  súper alijo de joyas. Así que Montes no ama la libertad sobre todas las cosas, sino en la misma proporción en que ama a sus amigos y a su propia leyenda. Y tanto amor es amor de perdición.
Sigo sus pasos en la excelente biografía que ha escrito el periodista Antonio Izquierdo (editorial Sepha). Fascinante el Montes Neiro que muestran sus páginas, tensas, vibrantes, despojadas de paja, con contadas pero brillantes reflexiones del autor.
Aunque Montes comenzó a circular por las prisiones a la edad de 17 años, su vida es más movida, intensa y variada que la de muchos que gozan de libertad permanente, porque ha estado llena de picos de felicidad extrema y abismos de desolación extrema.
Montes Neiro ha llevado una vida delictiva (aunque sin sangre), ha recorrido las cárceles de media España, ha estado entre rejas 36 años, se ha consumido en varias huelgas de hambre, y, sin embargo, su vida ha sido y es una vida bella. Pues la belleza no es la expresión de lo sublime desgajada del horror, del sufrimiento y la violencia, sin los que se convierte en algo bonito cultivado por damiselas y lechuguinos, sino la tensión, la unión de lo sublime con lo abyecto, las sombras aliadas a las luces, la violencia latiendo tras la armonía. La belleza es la unión de contrarios. Y Montes Neiro lo ha tenido todo, viajes, dinero, casas y chalets en el Albaicín, Benalmádena, Marbella, Churriana de la Vega, Marruecos…, ha estado casado con una mujer rica (de la que nunca aceptó un céntimo), ha tenido amantes, buenos coches… pero también no ha tenido siquiera donde caerse muerto.
La belleza no es cómoda ni un regalo ni una bendición, sino un fardo que reciben algunos artistas, escritores, científicos y delincuentes, y que emerge de un sufrimiento tan intenso que quien no ha padecido hasta las heces no ha tenido una vida bella. “¡Cuánto debe de haber sufrido el pueblo griego para ser tan bello!”, escribió Nietzsche, del que Montes ha leído hasta la última coma y al que recita de memoria.
El periodista Antonio Izquierdo se ha abismado con pericia en la vida de este granadino contumaz, y nos ha dejado un relato igualmente hermoso, al que los capítulos imprevistos que se han escrito estos días harán más bello aún, aunque no más legal ni más decente. Toda una experiencia conocer la vida de este albaicinero, un hombre singular, aguerrido e inquietante que nos muestra que no hay mecanismos ni normas ni castigos que puedan secuestrar la peligrosa belleza de la vida.

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 26 de febrero, 2013

miércoles, 20 de febrero de 2013

IDEAS-MONSTRUO

«Las decisiones del pardillo engendran monstruos»
 
La plaza Bib-Rambla de Granada con una de sus tradicionales floristerías, que un alcalde de finales del franquismo intentó eliminar alegando que daban apariencia de "zoco" (foto: Gregorio Morales)
 
Ideas-monstruo
 
Todo pardillo considera que cuantos le han precedido son tontos y que sólo él repara en la verdadera entidad de un problema, para cuya solución alumbra alguna idea que considera portentosa, una idea que siempre es cerebral y de lógica aplastante. Pero la vida no se rige por la lógica cerebral, sino por otra que está más cerca del corazón. Por ello, las decisiones del pardillo siempre engendran monstruos.
            La Historia está llena de ideas monstruosas. El dictador rumano Ceaucescu planeó demoler las pequeñas aldeas y reunir a sus habitantes en grandes ciudades intermedias. Mao decidió sacar partido de los eriales de China y provocó hambrunas que llevaron a la tumba a más de treinta millones de personas. En España, con nuestro grado de esperpento, hubo un ministro de Educación que decidió que lo lógico era que el curso comenzase en año nuevo, y mantuvo a miles de estudiantes ociosos durante tres meses. En Granada, donde el esperpento se hace astracán, hubo un alcalde que coligió que las floristerías de la plaza Bib-Rambla daban apariencia de “zoco” y que por tanto había que eliminarlas.
            Las ideas-monstruo acaban siempre en fracaso, aunque cuando lo hacen, dejan tras de sí dolor y flagrantes injusticias. También las dejará el nuevo Plan de Movilidad Urbana que el Ayuntamiento de Granada está a punto de aprobar, porque se ha diseñado en torno a una de estas ideas-monstruo, que late en su interior como una bomba de relojería: por el centro sólo podrá circular un gran autobús. Todos los demás tendrán que detenerse en las afueras. Es un “¡no pasarán!” que a la responsable del sector debe de parecerle el no va más del talento. Cuantas propuestas han formulado asociaciones, partidos, entidades y vecinos para que sus líneas se adentren en la ciudad, han tropezado con un “¡eso no, no, no!”. Y es que las ideas-monstruo son tan inamovibles como un clérigo fundamentalista.
            Esta idea, como todas las de su jaez, no hace sino sumar problemas a los ya existentes: habrá que comprar una flotilla de megalíticos autobuses, lo que implica un pastón; habrá que construir dos estaciones en las afueras, más pastón aún; y lo que antes eran trayectos completos, serán ahora trayectos fraccionados, con el consiguiente escándalo ciudadano. El delirio se revela cuando compruebas que la frecuencia con que los autobuses pasan ahora por el centro es la misma con que lo harán los futuros mastodontes. ¿Para qué entonces comprar nuevas unidades ni construir estaciones ni quebrarles el trayecto a los usuarios? En todo caso, sólo para que la edil de Movilidad juegue a ser genial.
            Aunque las ideas-monstruo vienen haladas de iluminismo y su creador puede quemarte vivo si te opones a ellas, confío en que ésta finalmente no se imponga. Pero si lo hace, no vivirá mucho tiempo. La ventaja de relegarla ahora es que evitaremos el reguero de dispendio, despidos, absurdo y dolor que dejará tras de sí.
 
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 19 de febrero, 2013


miércoles, 13 de febrero de 2013

GARDUÑA DE ESPAÑA

«La corrupción es una arrogante garduña que campa a sus anchas»
 

La garduña apresada en Granada el lunes 4 de febrero y que, al día siguiente, se escapó del cuartel de la policía municipal donde había sido puesta a recaudo (vídeo: IDEAL)
 
Garduña de España
 
La corrupción es como la garduña que escapó el miércoles ante las mismas narices de la policía. Sinuosa, ágil, ladina, astuta y peligrosa, muy peligrosa, o sea, una garduña que no duda en taladrar la mano con cota de malla de quien intenta inmovilizarla, como le pasó al agente granadino, al que descuajaringó un dedo.
La corrupción en España no se la ve ni se la siente, hasta que de pronto salta ahí, como esta altiva garduña, en un inmueble del Realejo. A pesar de los aspavientos, los gritos y llamadas a la policía de los vecinos, con la Pasionaria habían topado. Entre magulladuras y bocados, dos agentes consiguieron reducirla y enchironarla en el búnker del Rasillo, pero aun así ¡se fugó ante sus estupefactos ojos! Desde entonces está missing. ¡Como todo buen corrupto español!
El escándalo salta primero a la prensa e incluso detienen al pringado y lo llevan ante el juez, pero el incriminado le pega luego un mordisco a la autoridad y se pierde en la noche de los tiempos y ya no sabemos nada, sino en todo caso que se encuentra en algún paraíso disfrutando de la fortuna afanada. ¡Felices garduñas!
La corrupción es un prepotente mustélido que campa a sus anchas y que siempre muerde y se escapa. Así ha mordido Bárcenas. ¿Que lo van a enchironar? ¡Mira por donde han aparecido papeles que incriminan a la cúpula del PP! La garduña granadina se ha zampado un dedo, pero el garduño Bárcenas ha dejado manco al PP y con el culo al aire a Eugenio Nasarre, ese diputado correturnos que va por España representando a provincias donde no ha vivido nunca. La garduña toreó a la policía que quería sacarla del Realejo como los EREs de la Junta han toreado a la juez Alaya y a sus sustitutos. La garduña, cuando va a ser reducida, se iza rampante y fiera invocando la libertad de la naturaleza, igual que los garduños de Mas y Pujol, cuando se han descubierto las cuentas suizas, se han alzado sobre las puntas de sus pies invocando la inmarcesible naturaleza libre del nacionalismo.
¡No, no se puede hacer nada contra las garduñas! O, al menos, no hay protocolo. Por eso lo mejor es no descubrirlas, porque, si lo haces, te saltan a la cara, te tarasquean y te amputan lo que se tercie. ¡Qué mal hicieron los vecinos llamando a la policía! Tenían que haberse callado y hoy dos agentes no se estarían lamiendo las heridas. ¡Que callen de una vez El País, El Mundo, La Vanguardia y cuantos delatan corrupción! Con las garduñas, hay que hacer la vista gorda, como si no existieran, hay que respetar su libertad cimarrona y dejar que paladeen nuestra civilización. No dudes que debajo de tu cama hay una garduña, pero no pasa nada. Mientras dejes que te roa la casa, ¡estás seguro!
 
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 12 de febrero, 2012


viernes, 8 de febrero de 2013

HAUTOVUCES

«¡No más analfabetos, no!»

La irónicamente denominada "concejal de Movilidad Ciudadana" de Granada, Telesfora Ruiz (foto: Ayuntamiento de Granada)
 
Hautovuces
 
El azadón para seguir asestándoles golpes a los granadinos se llama ahora “nuevo sistema de autobuses”. ¡Qué problema son estos políticos! Ya no les basta la celosa facción pone-multas con que nos atracan desde hace diez años. Ahora van a penar también a los ciudadanos que toman el autobús. Quienes antes hacían un solo trayecto, ahora tendrán que hacer dos y hasta tres. El que por ejemplo vaya de la Chana al Zaidín, deberá bajarse en la Caleta, pillar otro autobús hasta el Palacio de Congresos y, de acá, uno nuevo al Zaidín. Quien desde la Avenida de Cervantes se dirija al centro, tendrá que perderse en el Palacio de Congresos y tomar aquí el autobús troncal. Y si quiere ir a la Chana, aún tendrá que montarse en un tercero.

            Este “plan de movilidad” a lo cangrejo está pensado con ese lugar donde la espalda pierde su honesto nombre, por emplear la mojigata expresión de épocas correctamente pías. Es un sinsentido, algo obtuso, una patraña diseñada seguramente por uno de esos yuppies que prosperan con recomendaciones.

            Las loas que le canta al plan la concejal de Inmovilidad Ciudadana son puros sofismas. Por ejemplo, que aliviará el tráfico. Grave error. Un mastodóntico autobús aplastará cada tres minutos el centro de Granada, masacrando calles tan ínfimas como Reyes Católicos, contaminando y armando un ruido superior al de los vehículos convencionales. La Caleta y el Palacio de Congresos estarán permanentemente congestionados.  ¿Y también los vehículos radiales circularán cada tres minutos? Si no, el abismo entre trayectos se convertirá en un agujero negro. ¿De qué sirve un sólo autobús frecuente si luego continuar el viaje implica una espera de diez, quince o veinte minutos? Habrá que escuchar a la gente en las alborotadas colas, rememorando con indignación cuando hacían el trayecto de una sola tacada y en muchísimo menos tiempo.

            El único sistema posible en Granada, el más efectivo, el más justo, es el que existe ahora, fruto de la experiencia de muchos lustros. No hay otro, a no ser este plan descerebrado que como siempre corta por la parte más débil: los ciudadanos. Ahora tendrán que coger su automóvil, y la industria pone-multas del alcalde, la única cosa efectiva que ha logrado en una década, ya se está frotando las manos.

            Los autobuses de Granada serán ahora hautovuces. Igual que la palabra está llena de faltas, este plan está lleno de irrealidad, carece de visión y esgrime un fatuo desprecio hacia los granadinos. Pero esta vez será la gota que colme el vaso. Estoy convencido de que el día que se implante habrá rebelión ciudadana y esto precipitará el fin del PP en el Ayuntamiento. “¡Ya está bien! ¡Ya está bien!”, se escuchará por doquier. El clamor será tan potente que traspasará incluso el muro de cínico silencio tras el que se refugian Pepe Hurtado y su clan. ¡No más analfabetos, no!
 
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 5 de febrero, 2013


sábado, 2 de febrero de 2013

EL MAR

 
«El mar, otras veces camino hacia la grandeza, es hoy embudo hacia la pequeñez»
 
En Nerja, el mar ha roído la base de estas escaleras que ascienden hacia el parador, dejándolas colgadas en el aire, en una estructura muy parecida a los dibujos fantásticos y visionarios de Piranesi (foto: Gregorio Morales)
 
El mar
 
El mar roe España como si se tratara de un tesorero de partido. Ese ser pacífico que lamía las arenas y nos traía millones de turistas se ha despertado como un hambriento Cronos. En estos últimos días de temporal, se ha zampado trozos de la costa. En Nerja, ha zapado una de las escaleras que conducen al Parador, dejándola en el aire como si se tratase de un dibujo de Piranesi. En Playa Granada, se ha dado un festín y ya no bastan provisiones de arena para calmar su gula. En La Mamola, ha medio deglutido los espigones. Por La Rábita, parece haber pasado el ángel de la muerte.
            El mar nos cerca cuando España está cercada, el mar nos muerde cuando España está mordida, el mar se lleva trozos de España igual que la corrupción se ha llevado trozos de España.
La realidad es sincrónica, y cuando una columna se derrumba, todo a nuestro alrededor se derrumba. El mar que avanza imparable es el símbolo de la España que retrocede imparable. El mar es como el pensamiento. Si obedece a la gravedad lunar, también obedece a la gravedad de las ideas. Y las ideas que atosigan España son tan siniestras que el mar se comporta siniestramente.
            Habría que ganar territorios al mar. Habría que abrirlo para que comenzaran a circular ideas nuevas, ideas singulares, osadas, efectivas, que rescataran al país de su anegamiento. Pero para eso habría que poner espigones contra el proceloso mar de la política, un oligopolio de partidos con el apetito de depredar para satisfacer sus megalómanas ambiciones. Ambiciones que nunca son las del pueblo. El pueblo es como Motril, como La Rábita, la Mamola o Nerja, que está perdiendo sus playas que van a parar al usurero vientre del océano.
            ¡Cómo echo de menos los polders holandeses! Esto sí es territorio ganado al mar. Esto sí es democracia ganada a la barbarie. Es el espíritu de construcción frente a la codicia demoledora. Es la civilización europea frente al esperpento español, cuyo epítome es la querida Armilla: un alcalde en su sillón pagando ilegalmente a un concejal. Otro que deja de apoyarlo para instaurar al de la oposición que le dobla los emolumentos. Otros tres concejales suspendidos de militancia. Y el fantasma de un viejo alcalde revivido como el cadáver del Cid. Es el mar en toda su egoísta ceguera.
Este mar airado ante una población inerme y aterrada es el esperpento de España, un país cada día más inculto y fundamentalista, más preparado para ser pasto de las soberbias olas. Los ciudadanos son a los polders lo que los siervos son a las galernas.
Algunos están tomando las barcas. Otros ascienden las montañas. Y el país se deserta para que las sectarias olas completen su botín. El mar, otras veces camino hacia la grandeza, es hoy embudo hacia la pequeñez.
 
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 29 de enero, 2013 ma europea, frente a la caricatura de la civilizacicesariamente los intereses son los depredar a toda costa para satisfacer sus