«¡Qué
flagrante hazaña propia de una república bananera!»
Pan y circo
Esta martingala entre PP y PSOE para, pese a la reducción de
cargos y dedicaciones exclusivas que impone la nueva Ley de Régimen Local,
seguir manteniendo a 28 de sus correligionarios entre el Ayuntamiento y la
Diputación, según nos desvelaba el domingo Quico Chirino, es un fraude, algo
que apesta a prevaricación, un lamentable símbolo de descomposición
democrática. Prueba de hasta qué punto los partidos políticos se han convertido
en una Cosa Nostra, de modo que no dudan en repartirse el poder pasando por
encima de la Ética, el Derecho y las buenas prácticas políticas.
¿En qué órgano de nuestra
legislación radica la legitimidad para llevar a cabo tal operación, este burdo
montaje de vasos comunicantes según el cual si reduces en el Ayuntamiento, subes
en la Diputación, y al revés? ¿Quién timonea esta nave pirata? Quienes lo hacen
han pisoteado la autonomía de ambas instituciones, han amarrado letalmente dos
órganos de estructuras y objetivos diferentes, han acogotado la provincia con
la capital, y han colgado ruedas de molino a los próximos alcaldes y presidentes.
Una barbaridad que sería punible en cualquier democracia, creo que también en
la nuestra, pero de la que los analfabetos políticos que la han urdido saldrán indemnes
por el clima de oprobio, hartazgo y dejadez en que viven los ciudadanos.
¡Qué flagrante hazaña propia de
una república bananera! Hasta podría llevársela a los tribunales de la
competencia y los responsables ser multados como esas compañías que pactan
precios a escondidas. Si el deber de una oposición es ejercer el control del
poder, señalar sus fallas y arbitrariedades, denunciar prepotencias y
nepotismos, ¿cómo van a cumplirlo ahora que han muñido repartirse tartas y
quesos?
Comprendo esa tibia oposición que
lleva a cabo el PSOE, andando de puntillas, sotto voce, reparando sólo en lo
anecdótico, redactando notas de protesta estereotipadas que duran el tiempo de
salir en la foto, siempre como disculpándose, como no queriendo que se entere
mucho el personal, sólo para cumplir la papeleta.
¡Cómo está abandonado el pueblo a
su triste suerte! Igual que en cualquier oligarquía que se precie. ¡Y ellos a
incrementar las gravosas exacciones de donde obtienen los ingresos! Se entiende
que no chisten cuando, a una legítima protesta proclamada por algún atrevido ciudadano
o por la prensa, respondan desde el poder con el pan y circo habituales. A la
indignación por el sistema de transporte de tercera que se va a implantar en
Granada, ¡venga, autobuses gratis los primeros días de la desgracia! Y la
oposición colaborando con tan demagógico pan y circo. A una de las facturas de
agua más sanguinarias de España, rueda de prensa para erigirse en favorecedores
(ficticios) de parados y jubilados. Y la oposición colaborando con tan demagógico
pan y circo. Poder y oposición como los boxeadores aconchabados que se abrazan
en el ring, humillando así la confianza del público.
La necrosis de una corporación
que, como los cangrejos, ha llevado a Granada a la categoría de aldea, se ha reproducido
cancerígenamente en la oposición, y ahora ambos supuran el pus de la gangrena,
apestan a miembros putrefactos. ¡Y la lepra se va poseyendo de todo el sistema!
¿Dónde están los sabios y los médicos? ¡Ajá, los pésimos planes de estudio que
defendieron y defienden eran su salvoconducto a la impunidad!
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 4 de mayo, 2014
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