«No
hay fascinación mayor que penetrar lo insondable»
El buque Hespérides desde el que científicos liderados por la Universidad de Granada han sondeado mares y océanos Foto: CSIC |
Lo insondable
¿Y si la Tierra estuviera viva? Las recientes
investigaciones de la Universidad de Granada, capitaneadas por Teresa S.
Catalá, son escalofriantes: gracias a la bomba microbiana de carbono del fondo
de los mares, se mitiga el efecto invernadero. Es como si la Tierra fuese un
ser inteligente, como si ajustara aquí lo que desajustamos allá, como si todas
sus partes estuvieran ensambladas y constituyeran un complejo organismo. Así lo
han pensado las sabidurías primitivas. Así lo piensa el presidente de Bolivia,
Evo Morales, que reconoce a la Tierra como un sistema viviente con derechos, de
ahí que haya impulsado la singular Declaración Universal de Derechos de la
Madre Tierra.
Sorprendente que cada vez más
los estudios científicos vengan a dar la razón a lo que se consideraban pretéritos
mitos. Cuanto más escarbamos, más profundo se muestra el misterio. Los
misterios revelados conducen a nuevos misterios y, en el camino, se rompe el
paradigma mecanicista admitido. ¡Hay algo más! Salvo que antes la oposición al
simplismo venía de los visionarios, de los poetas, de los sacerdotes, pero
ahora viene de los científicos, como esta expedición Malaspina a bordo del
buque Hespérides, que ha sondeado en todos los mares y océanos.
Otros trataron de sondear la
psique, como Freud y Jung, y descubrieron nuevos abismos sin fondo, encontraron
que, en el ser humano de hoy, vive aún el hombre primitivo de ayer, y que en
los sueños emergen elementos y símbolos que no hemos podido conocer en esta
vida, ni siquiera en estudios, pero que llevamos con nosotros desde la noche de
los tiempos, como si el alma transmigrara o el conocimiento quedara depositado
en un gigantesco inconsciente colectivo. Por eso un egipcio antiguo y un hombre
de nuestros días tienen los mismos sueños. Lo sabemos gracias a otros
investigadores que han descifrado las tablillas donde los oniromantes escribían
los sueños que les contaban los fieles, y así, igual que hoy conducimos automóviles
en nuestras hipnagoges nocturnas, los egipcios conducían también, aunque
carros, y, en ambos casos se trata de un símbolo de cómo dirigimos nuestra vida.
No hay fascinación mayor que
dedicarse a penetrar lo insondable, ya sea con los aceleradores de partículas,
con el espectrofluorímetro como en el caso de la expedición Malaspina, con la
química, con la arqueología…
La literatura es también un
modo de abismarse en lo insondable y emerger con algunos y desconocidos
tesoros, y quienes lo hacen son los grandes escritores, en par con los
científicos más avanzados, como Cervantes que comprendió que es la sociedad la
que enloquece, y también hizo el descubrimiento que luego haría Freud: que lo
mental es real; o Borges, que plasmó el mundo fractal que todavía no había sido
descubierto; o Lorca, que comprendió el poder de lo infinitesimal antes del
canon cuántico; o Bulgákov, que vislumbró la parte maléfica del bien y la parte
bondadosa, necesaria, catártica, del mal.
Venimos aquí para descubrir,
para desvelar un trozo de lo insondable y regalarlo a la humanidad, de modo que amplíe sus
horizontes y penetre en el misterio. Esta es la aventura de vivir, por eso
vamos todos en la expedición náutica del Hespérides. La vida es una singladura
por el abismo oceánico a la búsqueda de lo insondable, que siempre se halla
oculto en lo más profundo de nuestro corazón.
GREGORIO MORALES VILLENA
Diario IDEAL, martes, 3 de febrero, 2015
Afortunada y elegante reflexión sobre la investigación literaria. Como los formalistas rusos, Morales reivindica el estatus de ciencia literaria a las letras, antigua reivindicación por la que muchos seguimos luchando.
ResponderEliminarAsí es David, pero, además de ese estatus, propugno que se use la literatura, que se escriba, con intención "científica", es decir, que se indague, que se ahonde, que se descubra, más allá de la función de entretenimiento o artística que la literatura pueda tener. Lo "artístico" vendría de su belleza, y su belleza, de la armonía del relato, de la integración de las partes entre sí y con la realidad, como las ecuaciones matemáticas, de cuya pertinencia se suele sospechar a menos que sean bellas. Es esta belleza que explica la vida, la basa o la funda, en palabras, términos o factores la que busco.
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