«Las
nuevas normas ortográficas de la RAEL son una chapuza»
Edición de las normas ortográficas (2010) de la Real Academia Española de la Lengua |
Real Chapuza de la Lengua
Muchos consideran un avance las nuevas normas
ortográficas (2010) de la Dictadura Española de la Lengua, a la que otros
llaman Real Academia, pero no cabe duda de que representan un desastre y son la
prueba de la visión defectuosa de los académicos que las han hecho posible.
Alguien diría: «¡Pero si introducen sensatez!». Pues bien, resulta al revés: lo
que introducen es contradicción.
Veamos: si no distinguimos
entre «sólo» adverbio y «solo» adjetivo, sino que en ambos casos debemos
escribir «solo», ¿por qué no ocurre lo mismo con «como»
comparación/verbo y «cómo» interrogación, «que» completivo-relativo y
«qué» interrogativo; «mi» posesivo y «mí» personal; «aun» concesivo y «aún»
temporal; «el» artículo y «él» pronombre; «se» reflexivo y «sé» verbo; «te»
pronombre y «té» sustantivo; «tu» posesivo y «tú» pronombre; «si» condicional y
«sí» afirmación-pronombre; «cuanto» relativo y «cuánto” interrogativo; «mas» conjunción y «más» adverbio; y demás
palabras en las condiciones del «solo/sólo» abatido?
No se trata, pues, del rapto de
una tilde, como los simplistas hacen creer, sino de que la Lengua es un sistema
tan ajustado como un mecanismo de relojería y, si cambiamos aunque sea algo
ínfimo, cambia el todo. ¿Por qué las normas no han sido coherentes y han extendido
la reforma del «solo/sólo» a los casos similares? Porque se trata de una
chapuza.
Como súbdito de la Dictadura de
la Lengua, yo comencé acatando las nuevas normas ortográficas… ¡hasta que
reparé en que, si era consecuente, debía eliminar muchísimas otras tildes que
cumplían características idénticas a las ajusticiadas! Fue entonces cuando
decidí dar marcha atrás. Por eso escribo como escribo, distinguiendo el «solo»
del «sólo» o el «este» del «éste», aunque los dictadores y su policía me incoen
juicio sumarísimo.
Siendo congruentes con las
normas, deberíamos escribir lo siguiente así:
«Para mi aun es noche, pero te
pongo te. ¿Como cuanto quieres? Si, solo tómatelo. ¿Por que te tomamos? Yo no lo se.
¿Mas como lo sabes tu, el mas lo sabe?».
¡Claro, no se han atrevido! Han
discriminado al pobrecito «solo» y algunas palabras más. ¡Es que las dictaduras
tienen sus obsesiones y arbitrariedades!
La endogámica universidad
española ha dado catedráticos mediocres que han devenido académicos mediocres
que han elaborado normas mediocres. ¡Menos mal que otras lenguas mantienen la
sensatez! Lo que no entienden estos precarios letrados es que la lengua oral y
la lengua escrita son dos sistemas diferentes, cada uno con su tradición y sus
normas propias. ¡No, creen que la lengua escrita debe ser una mera
representación de la oral! Si así fuese, en el francés escrito debería haber
una revolución ¡y no digamos en el inglés! Dos lenguas que se pronuncian de una
forma y se escriben de otra. Es lo que, sin ir más lejos le ocurre a un andaluz,
que escribe diferente de como pronuncia. ¿Cambiaremos por ello la ortografía?
El mérito de la lengua escrita,
su virtud, es que, mientras el habla evoluciona, la escritura permanece, de
modo que no hay diferencia ortográfica entre un texto del Time de hoy y una
página de Dickens. ¡En España, no, aquí «limpiamos, fijamos y damos esplendor»
continuamente! De un palustrazo, y por el capricho de un edicto, rancios
eruditos enrancian cuanto tocan y vuelven obsoleta la ortografía española anterior
a 2010. Y encima hacen la presente asimétrica. ¡Seguro que Mas (¡que pasa de la
tilde!) está infiltrado en la RAEL!
GREGORIO MORALES VILLENA
Diario IDEAL, martes, 17 de febrero, 2015
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