«No seas ladrón de amor»
Plato del día (foto Restaurante de Torre Reixes) |
Plato del día
Te aconsejo que lo pongas en tu dieta. Sus propiedades son
asombrosas. En Granada, se cría de manera espléndida. Degústalo crudo, sin
quitarle la piel. Puedes hacerlo con cuchillo y tenedor, pero sabe mejor a
dentelladas. ¿Que los demás te dicen algo? Pasa de ellos. Es pura envidia.
¡Querrían comer lo mismo y de la misma forma, pero no se atreven!
Este alimento protege de todo. Si
estás enfadado, dobla la ración. Y de súbito, cesa el enfado y te sientes
dichoso, como pez en el agua. ¿Tienes miedo de tu jefe, de perder el empleo, de
las habladurías, de una enfermedad? ¡Date un atracón! Y el miedo se volatiliza
como vapor de agua. ¡Todo lo cura este alimento!
Lamentablemente no lo venden en
tiendas ni tampoco en farmacias. ¡Está en ti! Tiene muchos nombres, pero el común
es amor. Aunque no me refiero al insípido amor que se sirve en nuestros días.
Ese amor que es un mero intercambio de favores. Lo reconocerás porque sus
comensales están siempre diciendo “me compensa”, “no me compensa”, “me aporta”,
“no me aporta”, “me quiere”, “no me quiere”… ¡Este amor es un intercambio
comercial! Un sucedáneo del amor real. Típico de esta sociedad donde todo son
sucedáneos. Compras un helado de fresa, pero no tiene fresa. Votas a un
político, pero es un secuaz. Lees un libro alabado, pero quien lo alaba no lo ha leído.
La mayor parte del amor que te
rodea es mercenario. Si el amado no cumple las expectativas del amante, suscita
el victimismo y la crítica. Y es tirado a la basura. ¡No, no es éste el
alimento que te aconsejo! El amor es algo que se da porque sí. ¡Y fíjate que te
digo que se da, no que se recibe! Tú no te preocupes de si te aman o no. Eso no
está en tus manos. ¡Pero sí está amar! Ama cuanto puedas, desbordadamente,
indeciblemente, sin requisitos, sin objetivos, sin metas, se cumplan o no tus
expectativas. Ama simplemente. Porque es así como el alimento confiere sus portentosas
cualidades.
Hasta ahora, tu preocupación ha
sido que te amen. En ello has puesto tu empeño. ¿Pero no resulta ridículo estar
al arbitrio de los demás? ¿Cifrar la felicidad en ellos? Si te aman, eres
feliz. Si no te aman, infeliz. Y así fluctúas como un corcho sobre las olas.
¡Absurdo! Busca lo que no tiene altibajos. Lo permanente. Lo que no falla ni
desfallece. El frigorífico que está siempre lleno. Tu amor.
Cultiva el amor y date
pantagruélicos banquetes con sus tallos y frutos. No husmees agónicamente en
campos ajenos. Eres rico. No necesitas robar nada. Puedes repartir y repartir y
repartir. ¡Que sea tu plato del día todos los días del año! Así que no te
desorientes. Llevas la panacea dentro de ti.
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 14 de febrero, 2011
Realmente hermoso Gregorio, en un dia como hoy, deberíamos reflexionar sobre el verdadero arte de AMAR. MIL GRACIAS!!
ResponderEliminarNatalia
Gracias, Natalia. El amor es bello, lo tiñe todo de belleza, la lleva consigo. Por eso lo que hacemos con amor es siempre bello. Lo dicho: es la llave de todo.
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