«En los años que lleva al frente del Patronato, Villafranca se
ha erigido en la alcaldesa moral de Granada»
Mª del Mar Villafranca (foto Europa Press/Alhambra) |
Alcaldesa
Mª del Mar Villafranca, esa mujer que vela celosamente por
la Alhambra, acaba de ser puesta al frente de la secretaría de Educación y
Cultura de la nueva ejecutiva del PSOE. ¡Buena noticia! Para España, porque es
una mujer culta, apasionada del arte, de la literatura, buscadora inquieta,
aventurera del saber, y, en este país de políticos mediocres, eso es inmenso. Para
Granada, porque si sobresalimos en algo, es en la cultura. Aquí se concentran
las ideas, las estéticas, los libros, las partituras, los lienzos, las conferencias
y la historia. El único problema ha sido la incapacidad de trasponer las hermosas
sierras que nos rodean. Mª del Mar Villafranca puede ser el canal. No es una
consejera ni una ministra, sino simplemente la responsable del área en un
partido, ¡pero ya es mucho! Incluso es mejor, porque será menos molestada y actuará
más libremente. Si apoya y defiende la cultura como ha hecho con la Alhambra,
el triunfo está garantizado.
En los años que lleva al frente
del Patronato, Villafranca se ha erigido en la alcaldesa moral de Granada.
Mientras abajo, en las llanuras de la Vega, se destruía, arriba, en la colina roja,
se rehabilitaba. Mientras abajo la cultura se sesgaba con adictos y clanes,
arriba se integraba. Si abajo se identificaba la ciudad exclusivamente con
García Lorca, arriba, se añadían otras referencias, otros caminos igual de
internacionales, de Irving a Matisse, demostrando los innumerables lazos que
nos unen al mundo. Cuando abajo se planeaban insensatos ascensores y escaleras
mecánicas, se velaba arriba por la indemnidad del monte nazarita. Es como si
Villafranca alentara el alma de la ciudad, como si ésta se hubiera refugiado en
sus brazos.
¡Y bien, ahora puede cuidarla
todavía mejor! Para ello, basta que, en sus informes, reuniones, consejos y
directrices, Granada sea tenida en cuenta. No que se la ponga por encima de
otras provincias, sino que pueda estar en igualdad de condiciones junto a ellas.
Entonces brillará con luz propia, porque tiene una sabiduría y una creatividad sin
parangón.
Sin salir de las atribuciones de
su secretaría, la oportunidad de Mª del Mar Villafranca es restaurar una
injusticia. Hasta ahora, a Granada le ha costado trabajo medirse con España.
Siempre ha tenido dificultades para llegar a ella. Villafranca puede ser el
heraldo. Para la tarea, no hacen falta dinero ni jerarquía ni estructuras. Sólo
este mensaje: “¡Contad con Granada!”. Lo demás vendrá por añadidura. Que
descuelle lo mejor, lo más creativo, lo más original.
El nombramiento de Mª del Mar
Villafranca no es un nombramiento más. Tras la postración de estos lustros, la
cultura es nuestro capital y nuestra salida. Si desde su observatorio Villafranca
contribuye a echar abajo los tupidos velos que nos cercan, desempeñará una labor
crucial, y mucho estará ganado. Será entonces la alcaldesa no sólo de la
cúspide, sino también de la base. Alcaldesa total.
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 7 de febrero, 2011
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