«El que fui estaba en el que soy»
Al cumplir 15 años, en un guateque, con Mariam |
Pero el
guerrero perseguía lo mismo que hoy tiene el conquistador. Quería las mismas
luchas, los mismos paisajes, los mismos castillos. El que soy estaba en el que
fui. El que fui está en el que soy. Me sobrecoge esta identidad. Ni un ápice de
diferencia, ni un ápice de desviación. No se sabe bien si esto es libertad o
esclavitud. ¿Para qué estamos aquí? Si el mundo no nos cambia, ¿estamos para cambiar el mundo? Pero el mundo no ha cambiado. Ni yo he cambiado. ¿Entonces?
Existimos
quizá para probarnos. Venimos para perseverar en lo que somos. Unas ideas, un
carácter, una idiosincrasia nos son dadas, y, una vez conferidos, somos
lanzados al mundo. ¿Seremos capaces de llegar con este bagaje al final de la
ruta? No es que no me haya traicionado. La vida es traicionarse una y otra vez.
Pero la virtud consiste en darse cuenta y volver a recuperarnos. Me he
traicionado muchas veces, pero las mismas veces he vuelto a mí mismo. Y cada
vez que he vuelto, ha sido más difícil dejar de ser el que soy. ¿Y al final
todo para qué? ¡Para parecerme cada vez más al adolescente que fui! La meta
estaba al comienzo. Lo tuve todo, lo perdí todo, e hice el camino para alcanzar
lo que había perdido.
Si no
hubiera escrito un diario, jamás habría reparado en ello. Pero comencé a
escribirlo siguiendo un imperioso mandato, y ya no he dejado de hacerlo a lo
largo de mi vida. Puedo bucear en el tiempo en los montones de cuadernos
apilados. Cale donde cale, ¡la melodía es siempre la misma! Como una tocata y
fuga de Bach.
El camino
es circular. No se sabe cuál es el comienzo ni donde está el fin. Siempre
venimos de nosotros mismos y vamos hacia nosotros mismos. Quienes no señalan la
ruta viven en el espejismo de avanzar. Mi diario son los hitos que puse en el
camino. Avanzo y veo los hitos de otras épocas. El futuro es el pasado. El pasado
es el futuro. ¡Fui el que soy!
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 7 de agosto, 2012
Siento lo mismo que tù, soy la que fui, no he cambiado nada. Eso sì, al principio creía que todos eran como yo (ingenua), el tiempo me demostró las diferencias, quizás vine a aprender eso mismo. También el tiempo me ha hecho aprender a utilizar mejor mis seis sentidos.
ResponderEliminarMuy bueno con tu estilo tan propio y original.
Un abrazo Gregorio. Comparto
¡Esas diferencias son las que a mí me gustaría que me contaras, Marian! Quedas emplazada para una próxima conversación. Por lo demás, me alegra inmesamente que coincidamos, porque tu independencia y sinceridad son un acicate. Un honor figurar de nuevo en tu popular muro.
EliminarQuerido Gregorio, las diferencias son evidentes.
ResponderEliminarEstán por todas partes, cuando uno es genuino, la pieza es artesanal. Tallada a golpe de martillo y cincel jejeje
Cada muesca es una herida.
Un beso desde Paris