DOBLE LLAVE A GRANADA
¿Para qué sirve una Autonomía? Sin el corsé andaluz, Granada hablaba directamente con Madrid. Ahora tiene que pasar por Sevilla. Antes había un solo centralismo. Ahora, dos. La autonomía andaluza acogota Granada con un nudo corredizo.
¿Qué perderíamos si esta Autonomía dejara de existir? Nada. Por el contrario, una frontera sería deshecha. Seguiría habiendo centralismo, pero al menos sería un sólo centralismo.
¿Miran por los intereses de Andalucía los gobernantes de Andalucía? Eso significa mirar por los intereses de los andaluces. Pero Griñán y su gobierno sólo persiguen acrecentar el poder de su Administración. Poder de la Junta y poder de los andaluces no coinciden necesariamente y, a veces, divergen, como en el caso de la Caja única andaluza o la gestión de la Alhambra.
¿Para qué perseguir una gran Caja andaluza? Simplemente porque ésta caería de lleno bajo el control de Griñán. Si las cajas, no obstante, están aliadas a entidades de otras regiones, su poder queda mermado. ¡Espíritu de campanario de las comunidades autónomas, localismo, ceguera, patrioterismo huero y fútil! Si todos somos españoles, ¿qué más da que Caja Granada se sume a las cajas de otras regiones?
Salir de la Autonomía no representaría cataclismo alguno para Granada. Las competencias las ejercería el gobierno de España y no estaríamos peor que estamos ahora. Conocedores de su inutilidad, Griñán y los suyos se disfrazan bajo un centralismo codicioso y obsoleto. No persiguen una Andalucía más rica, sino más sometida a los órganos de gobierno que detentan.
Una doble frontera aísla Granada. Si hoy hubiera un referéndum, probablemente muchos miles de granadinos votarían por abandonar la Autonomía. Y es que el doble centralismo ha convertido a Granada en una ciudad de tercera.
Estos políticos desnortados quieren cargarse el patronato de la Alhambra y poner minas en el camino de fusión de Caja Granada. La chispa que prende la mecha. ¡Qué perfectamente han sabido sublevar a la opinión pública granadina! Pese a sus profesiones de bondad, de que nada va a cambiar, de que, si las cosas van mal, se revocarán las decisiones, todo apesta al vano deseo de acrecentar su poder.
Quieren una Andalucía con una capital fuerte, de la que todo dependa. ¿Pero para esto no teníamos ya Madrid? Reproducen en pequeño lo que ya teníamos en grande. Entre una cosa y otra, me quedo con lo segundo.
Ese magnífico orador y regeneracionista que fue Joaquín Costa anhelaba una España moderna, y clamó por que se pusiera doble llave a la tumba del Cid. La Junta, por el contrario, anhela que Granada sea la tumba del Cid y que los granadinos no puedan trasponer las puertas del cementerio. Por eso, Griñán y su consejero de Cultura vienen con ajadas cadenas y herrumbrosos candados. ¡Doble llave a la ciudad de Granada!
Diario IDEAL, martes 20 de junio, 2010
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