«Imposible
contener a Fernando de Villena en algún esquema al uso»
Portada del libro "La revolución pacífica y otros artículos conflictivos" (Ediciones Carena), de Fernando de Villena |
Solo ente el peligro
Lo normal es ser
revolucionario en la juventud y conservador en la madurez, pero al escritor
granadino Fernando de Villena, como a Valle Inclán, le ha ocurrido al contrario:
ha pasado de ser un esteta a un hombre fieramente comprometido con su tiempo,
como demuestran las combativas reflexiones que presenta mañana en la librería
Picasso y que ha reunido en “La revolución pacífica y otros artículos
conflictivos” (Carena). Tan conflictivos que no desea embarcar a nadie en la
presentación, de modo que estará solo ante el peligro, como los valientes, con
sus ideas utópicas y radicales que lo han decantado hacia movimientos como el
15M.
“La revolución pacífica” es una
bomba envuelta en papel de regalo. Lo segundo porque descuella la solidaridad
con los desfavorecidos, con los masacrados por el sistema, y, aunque esta
empatía es verdad, suena a dejá vu por la repetición hipócrita de políticos y
clérigos, siendo el lado más amable de su reivindicación, el que nadie osaría
impugnar. Pero más allá de esta empatía universal hacia los perdedores, están las
opiniones incómodas, hasta el punto de que a mí mismo me han hecho chirriar. Y
es que, para Fernando de Villena, el problema del mundo radica en el FMI, en la
extracción no democrática de sus miembros, y lo que resulta más controvertido,
en que son judíos y apoyan por tanto el sionismo internacional, fomentando la
humillación de los países árabes y la esclavitud global mediante el
hundimiento de las economías locales y el forzamiento de draconianos rescates
financieros. Esto lo afirma Fernando de Villena dejando clara su simpatía por
los judíos que buscan la paz y critican lo que él denomina “holocausto del
pueblo árabe”. Pero, a pesar de todo, yo veo en sus denuncias el peligro del
antisemitismo, me parece correcto que critique al FMI pero no que lo haga por
la condición judía de sus miembros, lo que nos conduciría al pogromo… ¡Y,
además, el dinero está por encima de cualquier religión, tiene su propia lógica,
su propia codicia!
Disiento, pues, en este aspecto
de Fernando de Villena y, sin embargo, admiro su falta de acritud pensando como
piensa, su hermoso hincapié en la fraternidad (junto a la libertad y la
igualdad) y su defensa a ultranza del pacifismo, un pacifismo, sin embargo, tan
revolucionario como el de Gandhi o Luther King. «Se intentará extender la
revolución pacífica fuera de nuestras fronteras. Se exigirá la total disolución
del FMI del cual nacen todas las injusticias sociales de nuestro tiempo y se
pedirá que sean llevados a juicio los miembros de su concejo ejecutivo»,
escribe a los militantes del 15M.
De lo que no cabe duda es de la
clarividencia de Fernando de Villena: fue uno de los primeros en denunciar la
venta del oro del Banco de España por Zapatero y el peligro del papel-moneda;
previó con lucidez que la guerra de Irak se extendería al resto de los países
árabes; y fue el único en vislumbrar entre los intelectuales españoles la
sombra alargada de los servicios secretos en la vida cultural.
¡Imposible contener a Fernando
de Villena en algún esquema al uso! Nos hallamos ante un consumado
francotirador, audaz y temerario. Mañana estará con las botas puestas, solo
ante el peligro, con el pacífico pero inquietante revólver de su libro en la mano.
GREGORIO MORALES VILLENA
Diario IDEAL, martes, 17 de marzo, 2015
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