martes, 30 de noviembre de 2010

GRIÑÁN Y LOS TÓPICOS

José Antonio Griñán,
presidente de la Junta de Andalucía 

Griñán y los tópicos

¡Qué razón lleva el señor Griñán en decir que los andaluces somos esclavos de nuestros tópicos! Lo sabe bien, ya que no hay un experto en tópicos como él. Griñán sabe que el tópico es tan indestructible como la energía. De aquí que haya atajado las primarias en Andalucía amparándose en un precioso tópico: que habrían dado imagen de división. ¡Un tópico tan querido por Franco!
Está bien que el señor Griñán se nutra de tópicos, porque los tópicos nunca indigestan. Ahora, por ejemplo, quiere llevar la modernidad andaluza a Madrid. Esto de lucirse en Madrid, ¡vaya que no es viejo! Los paletos siempre se han asoleado en los madriles. ¿Dónde, si no, van a estrenar su traje nuevo?
A Griñán le han confeccionado un chambergo con manidos retales. Pomposamente denominado “Andalucía 10”, lleva cosidas cuatro solapas magníficamente tópicas: la investigación e innovación; la cultura y la creación; la igualdad; y la solidaridad. ¡Por San Zapatero, esto vale para cualquier región! Que me digan una parte donde no haya investigación, aunque sea policial; o donde no haya cultura, aunque sea del pesebre. En cuanto a su solidaridad, suena a damas y caballeros de la Liga de las Buenas Costumbres unidos en rastrillo para indigentes.  Y por lo que a igualdad se refiere, no existe en España ni en Andalucía, porque lo que se entiende aquí por igualdad es un inveterado machismo que, como todo machismo, obliga a los hombres a hundirse con el barco. El tópico hombrismo de que sólo ofenden las manos varoniles, jamás las manos blancas. Es la violencia torquemadiana por la cual una mera e infundada denuncia lleva a cualquier hombre a la trena.
Éste es el sarao que Griñán montará en Madrid, un sarao que valdría lo mismo para Extremadura, Valencia o el País Vasco con sólo cambiar a los paniaguados que palmearán sus lugares comunes.
La Andalucía de Griñán hiede a España marchita. La misma propaganda que montaba el régimen de Franco para que, en el extranjero, se percataran de la modernísima Spain. Griñán piensa que va hacia el cogollo del siglo XXI, pero en realidad marcha hacia lo más obsoleto del XIX. Por eso quiere sustituir a los funcionarios por contratados, para emular las colas de cesantes y meritorios que tan bien describe Galdós.
Griñán parece materializado de la corte de Alfonso XII. Sus “Puntos de Encuentro”, el topiquísimo con que se corona, no son sino la nostalgia de los viejos y románticos cafés. Sentado entre parroquianos y anotando sus inquietudes, quiere dar imagen de intelectual bohemio. Pero la imagen que da es la de un desahuciado actor vodevilesco. Simplemente se nota que no es verdad. Los tópicos no son nunca verdad, ¡pero es tan cómodo servirse de ellos! Griñán nos libera de unos tópicos para que mejor nos esclavicen otros. Los suyos, claro.

Diario IDEAL, martes, 30 de noviembre, 2010

martes, 23 de noviembre de 2010

FUNCIONARIOS CORAJE

Protesta de funcionarios el domingo 21 de noviembre
en un acto de Griñán en Granada

Funcionarios coraje

Me admiran estos aguerridos funcionarios andaluces que defienden con uñas y dientes la función pública. En un país de hombres amilanados, mujeres confundidas por un machismo disfrazado de feminismo, población fatalmente resignada y políticos que apuñalan sin pestañear sus ideas, estos funcionarios están dando un ejemplo de coherencia y arrojo.
Envalentonados por el silencio ovejuno del país, los políticos de la Junta de Andalucía se han propuesto desmantelar la función pública. Los funcionarios les son incómodos. A pesar de lo poco que les pagan, de que sus derechos están anclados en el feudalismo, no son lo sumisos que desean. No quieren personas, sino kamikazes dispuestos a inmolarse a la menor orden. Abominan de la integridad, porque un funcionario íntegro puede decir que no, pero un kamikaze tiene que tragar, y, si no, se le hace el harakiri.
Se han propuesto extinguir a los funcionarios. Seguirán los que están, porque, a pesar de su prepotencia, no pueden cortarles la cabeza de cuajo, pero ya no habrá más. Dejarán que la edad y las jubilaciones los vayan quitando de en medio para llenar sus puestos con contratados. Y de camino, les harán la vida imposible para que se vayan “voluntariamente”.
No habían contado con que entre el miedo, la desidia y la aquiescencia generales, unos funcionarios iban a enarbolar la dignidad ante el poder arbitrario. Los funcionarios andaluces son la muestra palpable de que al poder no le está permitido arrasarlo todo. Los políticos, dejados a su antojo, tienen un hambre voraz de dominio, de control, de obediencia ciega. Si pudieran, se inmiscuirían en nuestras mentes y sus leyes determinarían hasta nuestros sueños. No pueden tolerar que un átomo escape a sus designios. ¡Cómo van a tolerar funcionarios independientes!
Esa creación estólida de las agencias públicas ha venido a darles patente de corso para sustituir al funcionario por el empleado. Los políticos de la Junta creen que son modernos, que sus acciones resultan pioneras, pero la verdad es que tienen mente de covachuelistas. Piensan que viven en el siglo XXI, pero se han anclado en la adocenada España de Galdós.
Con las agencias, el país se llenará de cesantes. Cuando un político llegue al poder, podrá quitar y poner empleados a discreción. He aquí la pobre España de hace dos siglos. Una organización que, por supuesto, no ahorrará nada de lo que dicen, sino que traerá nuevos gastos añadidos. Con el agravante de que Andalucía será un poco más tercermundista.
Pero tal vez lo impidan unos bravos funcionarios. Funcionarios a los que no sólo les deberíamos su dedicación por sueldos de risa, sino también un libertad menos mermada. Porque, sin funcionarios, el pueblo estará aún más a merced de los políticos. Estos funcionarios insumisos son un maná llovido en el desierto. Funcionarios coraje para una España sin coraje.

Diario IDEAL, martes 23 de noviembre, 2010

martes, 16 de noviembre de 2010

LA FIDELIDAD ES REVOLUCIONARIA

Yolanda Romero, ex directora del Centro Guerrero 

La fidelidad es revolucionaria

No es una tragedia la desaparición del Centro Guerrero. Y no lo es porque, tras ella, hay una historia de fidelidad. La fidelidad de Toni, el hijo del pintor, a Yolanda Romero, su directora durante diez años hasta ser infamantemente cesada en septiembre por Diputación.
No lo pueden comprender. Ni en la Diputación ni en Caja Granada. Están hartos de ver cómo artistas y escritores se venden por un plato de lentejas. Les ofrecen una conferencia, un breve anuncio, la vanidad de un par de efemérides, y son capaces de matar por ellas. Pero hete aquí que no ha habido dádiva que apee a Toni Guerrero de su lealtad hacia Yolanda.
La fidelidad de Toni es una de esas fidelidades legendarias, una suerte de lazo fraternal entre artistas, la solidaridad del talento frente a la miedosa insolidaridad de la astucia. Toni se lleva el Museo por una mujer. Una mujer que simplemente lo ha hecho bien. Y que para los soberbios, ha cometido un delito: pensar por sí misma. Yolanda Romero es una mujer inteligente y creativa. ¿Cómo podría comportarse sumisamente?
No, Toni no es como los indios ni como los intelectuales españoles, que se dejan comprar por abalorios. Y como no están acostumbrados, los esquemas se les han fundido a los políticos granadinos. La fidelidad de Toni es mucho más grande que sus modales envanecidos, sus palabras rimbombantes, sus monedas prestadas y sus edificios à la page.
Están atónitos. Se rasgan las vestiduras porque se va de Granada un arte que ni siquiera considerarían si no se cotizara internacionalmente. Desconocen que el ejemplo de Toni Guerrero vale más que mil museos. Que su fidelidad es mucho más inmensa que sus carromatos de quincalla.
A veces existen hombres y mujeres así. ¡Qué ejemplar hazaña dejar estupefacto al rebaño político! ¡Qué hito hacerles recordar que hay personas a quienes los doblones no pueden prosternar!
Se va un museo, pero se queda una historia. Museos hay miles, pero historias de fidelidad como ésta, pocas, muy pocas. El Museo Guerrero resurgirá en cualquier otro lugar, pero la historia de por qué se va será irrepetible. La historia de cómo una persona no fue seducida por los compradores de almas. La constatación de que los hombres no son para el sistema, sino el sistema para los hombres.
La sumisión es rancia y nefasta. La fidelidad, por el contrario, es revolucionaria y creativa. La fidelidad de Toni deja al descubierto las infidelidades de la Diputación para con Yolanda Romero; las del Ayuntamiento para con la Diputación; las de Caja Granada para con el Ayuntamiento... Navajazos a diestra y siniestra entre políticos sumisos mientras un hombre insumiso mantiene su fidelidad a una mujer. Y su voz es tan verdadera que, ante ella, los vanos políticos caen deshechos como muñecos de cartón piedra.

Diario IDEAL, martes 16 de noviembre, 2010

martes, 9 de noviembre de 2010

SE VENDEN GRANADINOS


Túmulo de la familia Peso Blanco, esculpido en 1910 
por Manuel Garnelo. En ambas fotos, se observa el cartel que avisa de 
una "próxima exhumación". En la primera, se aprecia igualmente 
que el túmulo forma parte del recorrido histórico por el cementerio. 
Ambas fotos se realizaron el viernes 5 de noviembre de 2010.


Se venden granadinos

El cementerio de Granada está en venta. Se vende su parte más noble, la más bella, la modernista. Está en venta lo que define el cementerio, su imagen imperecedera. Se venden panteones que forman parte del recorrido cultural e histórico que el propio Ayuntamiento ha creado. “Próxima exhumación”, rezan aquí y allá decenas de chillones y fosforescentes letreros, idénticos a los de la hambrienta grúa municipal. “¿Se pueden comprar estos túmulos?”, pido información a Isabel, una eficiente y cordial oficinista del camposanto. Me dice que sí. Le demando el importe. Va a consultar con su jefa. No lo saben aún, pero me propone tomar nota de mis datos para indicármelo más tarde. Le vuelvo a preguntar si se pueden hacer transformaciones en los grupos escultóricos. Tampoco lo sabe, pero piensa que no. “¿Al menos se podrá cambiar el nombre de la familia?”, inquiero. Marcha de nuevo a consultarlo. La jefa está reunida. Llamo posteriormente y me dicen que sí, que el nombre sí se puede cambiar.
¡Los compradores tienen ahí la coartada perfecta para trastear! Así, en el túmulo de la familia Peso Blanco, en el que una sensual y hermosa joven yace de costado, con la cabellera cayéndole como una cascada, el nombre familiar forma parte indivisible de la escultura. ¿Cómo se puede meter el cincel aquí? Cambiar el nombre de estos panteones es por otra parte violar el espíritu que los hizo nacer. Es como si en la tumba de Gonzalo Fernández de Córdoba figurara de pronto el nombre de José Fulano Mengano.
Las figuras pergeñadas por escultores como Manuel Garnelo o José Navas‑Parejo, hechas para familias específicas, pasarán ahora a manos de otras, deshaciendo y pervirtiendo la historia. Esta indiferencia ante la verdad, esta anacronía analfabeta, es propia de la sociedad sumisa y sin principios, bárbara y brutalmente utilitaria, en que se ha convertido España. Con un desprecio cavernario hacia la ética más elemental, todo es posible en nuestro país. Fuera de los mandamientos de la corrección política, que éstos, sí, se obedecen sin pestañear, se puede arrasar con lo que sea.
El cementerio está en venta. Familias históricas, artistas, políticos, militares, académicos, serán exhumados, y sus huesos, echados a la fosa común. Y sus panteones, adjudicados al mejor postor. Y como en las revoluciones de chichimosca, sus nombres serán borrados y sustituidos por advenedizos. He aquí la cultura que aúna el Ayuntamiento de Granada.
El Ayuntamiento levanta calles innecesariamente, levanta una innecesaria televisión, y ahora levanta innecesariamente a sus muertos. Es Atila, asolando cuanto pisa. Atila, rapiñando aquí y allá para engordar su botín. ¡Dan escalofríos sólo pensar que ha muñido imponerles a los granadinos quinientas mil multas en 2011! ¿No iba a vender el cementerio? Se vende todo. La Vega. La memoria de la ciudad. Se venden rehenes granadinos previo pago de tumultuosos (y multosos) rescates.

Diario IDEAL, martes, 9 de noviembre, 2010

jueves, 4 de noviembre de 2010

LA MALDICIÓN ROTA

Matisse, "Flores de cuco, tapiz azul y rosa" (1911)

La maldición rota

No fue la Alhambra lo que más sorprendió a Matisse cuando estuvo en Granada en 1910. Cierto, le pareció bella, hermosa, la plasmó en dibujos y palabras. Pero lo que le impactó fue la granada. Esa granada que aparece en platos, fuentes y jarrones de la cerámica popular. La misma granada que se le reveló en un tapiz de la Alpujarra. Fue esa granada la que transformó su arte. No la Alhambra, no el orientalismo decimonónico, sino la granada.
Cuando Matisse llega a la ciudad de la Colina Roja, lo oriental estaba ya pasado de moda. Era un tema manido. Interesaba más la geometría. Fue observar aquellas granadas en mantones y cerámicas, y tener una iluminación. Buscaba una simplificación idéntica. La realidad hecha esquema.
Un tapiz de la Alpujarra, un humilde florero granadino, se erigieron en sus mentores. El artista los amó tanto, que la tela alpujarreña lo acompañó durante años como una novia fiel. No es gratuita la foto en que posa junto a su mujer con el tapiz al fondo. Qué sugerentes esas granadas. Qué emoción verlas queridas por un artista mágico y osado. Un artista que las pintaría una y otra vez, obsesionado por su belleza. Y así puso el tapiz alpujarreño como fondo del cuadro que pintó junto a Francisco Iturrino. Y también lo utilizó en su “Estudio en rosa”, con la tela desplegada, en primer plano, sobre un biombo. Y en “Flores de cuco, tapiz azul y rosa”, extendida sobre una mesa. Y sobre ella, ¡un florero granadino! Un florero enramado de azules granadas. ¡Qué pasión por la fruta nazarí en esta obra vendida hace un año por la cifra récord de 32 millones de euros!
Hay tesoros con nosotros, ocultos, ignorados, esperando que venga un Matisse a rescatarlos. Lo tenemos todo, pero no tenemos ojos para verlo. El provincianismo no es ausencia de maravillas, sino falta de visión para atisbarlas.
Mª del Mar Villafranca ha tenido ojos para ver y ha montado una exposición irresistible y estimulante. Ahora podemos ver Granada a través de los ojos de un genio. Y la Granada que vemos no es la grandiosa ni la musulmana, sino la Granada pequeña, la de los telares alpujarreños, la de los jarrones de la Romanilla, la de las fuentes de cuajada.
Hay muchas cosas extraordinarias pero todas están aquí. Mientras los políticos buscan la cultura en lo sonado y magnificente, el genio la busca en lo escondido y sutil. Mª del Mar Villafranca ha sido sutil montando una exposición de una volátil firma. No hay nada tan potente como las ideas. Y cualquier idea aliada a la Alhambra puede materializarse como los palacios de la nada. Mª del Mar ha roto la maldición. Ojalá tanta belleza no nos ciegue. ¡Que nuestros ojos vean como los ojos de Matisse!