domingo, 29 de septiembre de 2013

ORFEO

«Fernando de Villena es una suerte de Orfeo que se adentra en los infiernos para describírnoslos y avisarnos de sus peligros» 

Portada del libro de Fernando de Villena "Fábulas de un tiempo atroz" (2013) 
Orfeo 

A veces la vida nos hace bellísimos regalos como este pequeño gran libro de Fernando de Villena, “Fábulas de un tiempo atroz” (Ateneo Nieve y Cieno, 2013), un placer para la lectura, y no precisamente porque sea un libro amable, sino por todo lo contrario: porque penetra de manera directa e inmisericorde en las entrañas de nuestro tiempo, desvelando sus patrañas y sofismas, es decir, sus mecanismos secretos. Y esto se hace sin condenas expresas, mostrándolo simplemente mediante los portentosos mecanismos de la narración, dominados por Fernando de Villena con asombrosa pericia.
Extraño que cuanto más contenida es la expresión, más poder tiene. Parece que retornar a la esencia de las cosas le devuelve el poder a la palabra. Desde luego, en “Fábulas de un tiempo atroz” se revela el inmenso potencial de la literatura para cambiar el mundo. Siempre lo he pensado así, pero hasta a mí mismo el espeso bosque de la mala literatura me ha impedido ver los árboles robustos, los árboles que crecen sanos y libres. ¡Uno está harto de novelistas profesionales que saben urdir tramas pero que no son capaces de traspasar las apariencias! A mí que me den estos lúcidos relatos de Fernando de Villena que te hacen reflexionar sobre el mundo en que vives, y también tener un poco de esperanza, porque, aunque el salvajismo utilitarista que padecemos aterra, hay personas como el autor que tienen la capacidad de penetrar en los terrenos vedados y oscuros, y de nombrar las verdades indecibles y, de esta forma, conjurarlas, arrebatándoles la siniestra enajenación en que nos tienen inmersos. Ya sabemos desde Freud que la forma de liberarse del mal es localizarlo y decirlo. Esta es la labor que lleva a cabo Fernando de Villena, y es por eso como una suerte de Orfeo que se adentra en los infiernos para describírnoslos y avisarnos de sus peligros.
Espectacular cómo la escritura de Fernando de Villena ha ido cambiando con el tiempo y le ha llevado desde el barroquismo e incluso el escapismo, hacia el compromiso y la denuncia, y ello sin caer en el panfleto, sino pertrechado de una ternura que no es sino amor a la existencia y al género humano. ¡Ahora sí que estamos ante un autor absolutamente contemporáneo! Más aún, a veces incluso visionario, porque en varios de estos relatos nos muestra con un realismo espeluznante posibles sociedades venideras. ¡Menudo viaje el del autor! De los siglos de oro (“Relox de peregrinos”) al presente más rabioso y, de aquí, al futuro.
Hay escritores que comienzan bien y acaban diluyéndose. Fernando de Villena ha ido al contrario: cada vez ha marchado más hacia el corazón de sí mismo y por eso es cada vez más actual y más necesario. Lástima que este librito sea no venal y sólo se pueda conseguir por regalo. Un Paraíso abierto para pocos y cerrado para muchos. Es como si la verdad desease ocultarse para que sólo lleguen a ella quienes se afanan en su búsqueda y no sea así adulterada ni mancillada por los turistas de la lectura, ésos que han creado una industria timorata con escritores sumisos. Lejos de ello, Fernando de Villena es rebelde y demoledor, y no al estilo naïf, que es el que acepta el sistema, sino de modo sutil, silencioso e intestino, y, por eso, cuando acabas la lectura y dejas a un lado el libro, todo ha cambiado de perspectiva y ahora sabes dónde estás. Y ya no puedes evitar la rebelión. ¡La buena literatura es contagiosa!
GREGORIO MORALES

martes, 24 de septiembre de 2013

ENGRANÁDOS

«¡España entera está enGranáDa!»

Los participantes del reality show EnGranáDos en la piscina del chalet de Otura donde transcurren sus más íntimas peripecias (foto: GranadaDigital)
EnGranáDos

¡Granada se moderniza! El AVE no ha llegado aún, el aeropuerto encoge, el alcalde y su equipo caminan sin prisa pero sin pausa hacia la Edad de Piedra… ¿pero qué es esto comparado con el magno evento? ¡Ha llegado la gran televisión! Lo sumo del progreso, el futuro. ¡Bien por el reality EnGranáDos, versión local de Gran Hermano, que nos convierte en lo puntero de lo puntero de lo puntero!
Patrocinado por destacadas firmas y comercios metropolitanos, el programa reunió el pasado 1 de septiembre en un chalet de Otura a catorce concursantes, seis chicos y ocho chicas, y desde entonces nos viene contando en entregas de jueves y domingos por Cúbika TV sus trascendentales avatares, hasta el 29, el fausto día en que será votado el triunfador de los triunfadores, el que está llamado a sacarnos de nuestro secular estancamiento.
¡Que se quiten pues Susana Díaz, Mª José Sánchez, Sandra García y otros políticos del terruño! ¡Aquí, en la casa de Otura, se agita la flor y nata de la sociedad granaína, el ejemplo de nuestra excelencia, de nuestra alta cultura, el testimonio vivo de nuestra educación de calidad, la juventud que anhela un país próspero!
Así que no tienes perdón si no lo ves. ¡Que estos chicos sean ejemplo de tus hijos, sobrinos y nietos! Claro que como la excelencia es contagiosa, sin duda ellos ya ven el espacio y comparten sus valores y se pirran por seguirlos, ¡así que España está en buenas manos!
Me emociono al afirmar que estamos ante la generación que dejará atrás a los Bárcenas, a los Correa, a los Guerrero, y que llegará mucho más lejos hacia el astracán que, como se sabe, fue inventado por un señor de Cádiz y es por tanto cien por cien andaluz. ¿Con cuál me quedo, Antonio, Rocío Jadraque, Ramiro, Omayma, Nacho, Rocío Fernández, Gato, Estíbaliz, Alfredo, Zaida, Carlos, Sheimae, Carmen, María? Estoy feliz porque por fin puedo votar a alguien por su nombre y no a una lista cerrada (aunque el ganador del público tendrá el segundo puesto, no todo es jauja), y porque cada uno atesora tantas, tantísimas virtudes, que me cuesta elegir. ¿Una de las dos chicas siliconadas? ¿Uno de los musculitos depilados al milímetro? ¿El guaperas creidillo y frágil? ¿La simpática guiri que las mata callando? ¿La maternal? ¿La seductora?
¡Que los dioses que conocen el destino inescrutable unjan al mejor! Ése o ésa será el llamado a universalizar nuestro acento, a no ser que gane la guiri, lo que no creo, porque habla un español mejor que ninguno de sus compañeros, ¡y eso es demasiado, tío! Al ser ellos mismos quienes votarán al cabeza de lista, no van a elegir al más inteligente ni al más culto ¡estaría bien! no se van a dedicar a desmentir a Valle Inclán, que dijo que “en España, el talento es un delito”, no, ellos cumplen escrupulosamente con la Ley al igual que el programa, ¡cualquier día iban a transgredir tan sagrada norma!
Precisamente para alejarnos de tamaño delito, somos el país que más leyes tiene, y por eso nuestro parlamento fabrica boletines por un tubo, para que andemos apesadumbrados y no caigamos en el funesto vicio de pensar. ¡Engranados, sí! Anda que no somos universales los granaínos. ¡España entera está enGranáDa!
GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 24 de septiembre, 2013

martes, 17 de septiembre de 2013

LA NOCHE DE LOS INVESTIGADORES

«¡Pobre y precaria ciencia que necesita recurrir al jolgorio y a la discoteca!» 

Cartel que anuncia La Noche de los Investigadores 2013 en Andalucía 
La noche de los investigadores 

Nos ha tocado vivir una sociedad banal. Comenzó en los 80 con la política, y así el gerifalte que no era rockero era un dinosaurio, y hasta Tierno Galván dijo aquello de “El que no esté colocao que se coloque… ¡y al loro!”. Luego le tocó a los intelectuales, a los pensadores, a los escritores, que transmutaron su solitario cuarto de trabajo por “la calle”, los estudios de televisión y los mostradores de firmas de los grandes almacenes, y hoy son dóciles relumbrones que se venden al mejor postor, a veces por nada, simplemente por que su nombre figure en una cuartilla volandera o en un perdido recuadro de Facebook. ¡Y ahora les ha tocado a los científicos!
No otro es el objetivo de esa iniciativa llamada “La noche de los investigadores”, que tendrá lugar el próximo 27 de septiembre en Granada y otras 300 ciudades europeas, y que sacará a los científicos de sus laboratorios para mezclarlos con la noche canalla, los groupies, el rock y otras “actividades festivas y lúdicas”. La arriesgada profesión de la búsqueda, hipótesis, experimentos, fracasos y hallazgos, convertida en un circo con el falaz y cándido argumento de acercarla al público y alentar a los jóvenes a seguir su senda. Es decir, para dar la imagen de que la ciencia es algo marchoso, imbricado con la pachanga, el ritmo y el botellón. Nada del esfuerzo, del estudio, de los áridos desiertos que hay que recorrer, de la difícil financiación, de la dura burocracia a franquear.
Es maravilloso que la gente se reúna con científicos, que futuros estudiantes debatan y pregunten, que los investigadores difundan sus conocimientos, ¿pero por qué tiene que ser por la noche? ¿Por qué concatenado con el jolgorio y la discoteca? ¡Pobre y precaria ciencia que necesita recurrir a esto! ¡Y qué precarios investigadores no se reclutarán de esta forma! La denigración está garantizada como la estuvieron la de la política y la cultura.
Ponen de moda la ciencia, es decir, hacen lo peor que se puede hacer. ¿Cuántos no nutrirán sus filas esperando ser Planck, Einstein, Hawking, Higgs, Green, igual que tanto político turulato quiere ser Luther King, Gandhi, Kennedy, Mandela, o tanto escritor dócil que se deshace en desmedidos ditirambos en cuanto le atusan el lomo cree tener la rebeldía de Voltaire, Nabokov, Sartre, Joyce o Larra?
Todas las etapas siniestras de la humanidad han comenzado con oscurantismo. El objetivo secreto de nuestro tiempo es reconducir la ciencia hacia la irracionalidad, tras haberlo hecho con la política, la educación y la cultura. En un reciente seminario laicista, comprobé atónito cómo sus participantes, ateos confesos, habían hecho de la ciencia una divinidad. Cuando les expliqué que la ciencia tiene también limitaciones, contradicciones y hasta ideología, ¡consideraron que yo estaba en contra de ella! ¡Precisamente por conocer la ciencia y no desear la erección de dioses disfrazados de ciencia o de ovnis o de cruces, me consideraron anticientífico!
Se hace, por tanto, de la ciencia una diosa o una diva, y por eso se la sube a los altares o se la “ennochece” conduciéndola al tiempo de los sueños, a lo lúdico, al copeo, al rock, al glamour. ¡Pura irracionalidad! Del Sol a la Luna. Es decir: de la razón a la magia.

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 17 de septiembre, 2013

martes, 10 de septiembre de 2013

¡ESTUDIANTE!

«Un país esclerotizado tiene alumnos, no estudiantes» 

"Alumnos", la todopoderosa palabra que ha acorralado y finalmente extinguido a la bellísima "estudiantes" (foto: Investigación y Docencia
¡Estudiante!

“¡Estudiante!”, decíamos con orgullo mis compañeros de instituto y yo cuando alguien nos preguntaba la profesión. Hoy tendríamos que haber aflautado la voz y mascullar con desdén: “…Alumno”. Lo claman con profusión periódicos y televisiones: “Los alumnos comienzan el curso”. Comentaristas, contertulios, políticos, hablan de “alumnos”, aunque en puridad sólo a los profesores les compete la palabra, ya que se es alumno en relación a quien enseña y, por extensión, al centro educativo donde se enseña. Pero para el resto de la sociedad, la única palabra pertinente es “estudiante”. Si un periodista escribe que “tantos alumnos regresan a las aulas”, ¿acaso ese periodista es su profesor?
No, la palabra está mal empleada, y pasaría desapercibida o sería un error de los miles que nos asaltan por doquier si no fuera clarividentemente significativa, una precisa radiografía del apocado mundo que nos ha tocado vivir. La palabra “estudiante” implica algo activo, en ejercicio, independiente, poseedor de deberes y derechos, mientras “alumno”, por el contrario, conlleva algo pasivo, tutelado, contingente, sometido a la autoridad de un superior. Al denominar a alguien “estudiante”, le estamos suponiendo capacidad y madurez. Si lo llamamos “alumno”, carencia y sometimiento.
            ¿Qué día dejó de haber estudiantes para haber alumnos? Fue un cambio gradual, sin prisa pero sin pausa, que nos ha conducido a este “mundo feliz”, cuando la primera palabra ha sido desterrada del vocabulario y, con ella, el glamour, la singularidad, la aventura, la fascinación de estudiar, trucada ahora por un obtuso y pegajoso paternalismo que insiste en el enseñar, jamás en el estudiar.
¿Qué país puede progresar teniendo alumnos en lugar de estudiantes? No es extraño que España esté como está. Las palabras no son inocentes y traslucen la psique de una sociedad. Un país subsidiado, impotente, gregario, que ha renunciado a marcar su rumbo, tiene alumnos, no estudiantes.
            El prestigio de estudiar era tan grande en tiempos de mi formación que hasta los profesores nos llamaban así, estudiantes, y se referían a su alumnado en general como “los estudiantes”. Una aureola heroica flotaba sobre nosotros. Éramos los pioneros, los temerarios, los audaces de un mundo nuevo. Como si hubieran puesto en nuestras manos el destino y de nuestro trabajo activo dependiera el bienestar de todos. Era una alta responsabilidad cuyas expectativas sentíamos la obligación de colmar.
            Hoy el alumno es un ser inerme que pone sus expectativas en el profesor. Es éste el que tiene que ser temerario, pionero, audaz, aunque dentro de un orden, constreñido siempre por unos límites gregarios a los que tutela celosamente una cretina burocracia. Si el “alumno” no sabe algo es que no se lo han enseñado y, si tiene interés en algo, jamás investiga por su cuenta, sino que espera a que su profesor lo haga. Y si no, lo critica impúdicamente. Para el estudiante, sin embargo, no existe un mal maestro, porque lo utiliza como orientador y jamás delega su aprendizaje en él.
La diferencia entre un estudiante y un alumno resulta tan abismal que es semejante a la que existe entre el aventurero y el turista. El motor de una sociedad es siempre el aventurero, es decir, el estudiante. El alumno (o el turista) es sumiso y hoya los caminos trillados, ésos que anclan la miserable y pobre España de nuestros días.

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 10 de septiembre, 2013

martes, 3 de septiembre de 2013

ESPEJOS MÁGICOS

«¡Que compren cuanto antes espejos mágicos para España, que los compren!» 

Ya existen los espejos que deforman ligeramente tu imagen para que te veas sonriente o enfadado (foto: New Scientist
Espejos mágicos 

Espejos en probadores que falsean ligeramente tu expresión para que sonrías, te sientas mejor… y compres el producto que tienes entre las manos. ¡No, no es ciencia-ficción! Se trata de una técnica real, conocida como Sistema Evocador de Emociones (Emotion Evoking System), desarrollada por Shigeo Yoshida y otros colegas de la Universidad de Tokyo, según reporta la revista “New Scientist”. El mecanismo consiste en una cámara que devuelve tu imagen como si te contemplaras en un espejo pero manipulada por un software que te arquea ligeramente los labios para que parezca que sonríes o frunces el ceño. A 21 voluntarios que ignoraban el experimento se les puso a hacer una tarea y, una vez finalizada, se les pidió que dijeran cómo se sentían. Quienes se vieron en el espejo sonriendo afirmaron sentirse bien mientras que quienes se contemplaron ofuscados dijeron sentirse mal. Luego se les dio una bufanda y volvieron a alterarse las imágenes. Quienes se vieron sonriendo reconocieron en mayor proporción que los otros que les gustaba la bufanda. ¡Y ahora están pensando en colocar estos espejos en tiendas y grandes almacenes!
            Pero yo sugiero que sean nuestros políticos quienes se den prisa y compren la patente. En realidad, ya tratan de hacer lo mismo con sus palabras mendaces, sus objetivos fabulosos, sus silencios ante los propios errores y su savonarólica satanización del adversario. ¡Pero cada vez les sale más el tiro por la culata! Ya nadie los cree. El último bluf es esta presidenta exprés, inexperta, pésima estudiante, niña de papá del aparato, que nos van a poner al frente de la Comunidad. ¿No sería maravilloso que comenzara su mandato utilizando el dinero de los contribuyentes para instalar el Sistema Evocador de Emociones en consejerías, delegaciones, Canal Sur y plazas públicas, de modo que, cuando el ciudadano se mirase al espejo o se viese reflejado en una pantalla de televisión o escaparate sonriese y, por tanto, apoyase decididamente lo que, si no, juzgaría impostura y práctica bananera?
            Si Rajoy se diese prisa, tal vez podría arrebatarle el juguete a Susana Díaz y lograr lo mismo cada vez que se nombrase a Bárcenas. ¡Y no hablemos de Rubalcaba! Anda que no sería nada que la gente se viese sonriendo siempre que aparece en periódicos y pantallas su imagen tortuosa, atormentada y siniestra. ¡Tal vez podría reflotar su partido! O sin ir más lejos, nuestro terco y desorientado alcalde podría usar también el sistema, y cada vez que largara una de sus peregrinas ocurrencias, la gente se vería a sí misma con una sonrisa profidén y creería que nos comanda un hombre genial, el mejor alcalde que ha visto la ciudad desde los años de la polka. Y cuando la oposición informara de sus palos de ciego, el sistema podría hacer que los granadinos se contemplasen con el rostro arrugado, y así no le gustase lo que estaban oyendo y gritaran anhelantes: “¡Pepe, Pepe, no nos abandones!”.
            Aunque ahora que todo se cae por el precipicio, me temo que será la clase política entera la que se una para pertrecharse del invento. ¡Su supervivencia está antes! Si el país se derrumba, que al menos el país sonría y les siga aplaudiendo. ¡Así que espejos mágicos para España! ¡Que compren cuanto antes el invento, que lo compren!

GREGORIO MORALES
Diario IDEAL, martes, 3 de septiembre, 2013