martes, 11 de enero de 2011

CUBO CON MOÑA

El Cubo (sede de Caja Granada / Mare Nostrum),
ornamentado con la moña que gustosamente y, bajo pago 
de un pastón, le impondría el artista Christo.

Cubo con moña

Sigo los consejos del señor Jara. Me rebelo. Me rebelo a favor de la cultura invisible. Antonio Jara le ha pedido al responsable de la Obra Social de Caja Granada (ahora Mare Nostrum), que “haga cosas muy visibles”. Resulta palmario que confunde la cultura con el espectáculo. Confusión que se da también en parte de la intelectualidad patria. Siempre que hay un evento, surge la voz: “Tenemos que traer a una gran figura”. ¡Y creen que están haciendo cultura! Ignoran que la cultura reside en lo invisible. Que no se puede buscar en las luces, sino en las sombras. Mientras gastan dinero y esfuerzo en aquellos a quienes todo el mundo persigue, ignoran a quienes están a su lado.
Apostar por lo visible es apostar por la fanfarria, por el glamour vacío. Puestos a ser visibles, coloquémosles a los escritores o a los pintores o a los músicos una moña en la cabeza y paseémoslos como perritas Marilyn por Puerta Real. Seguro que muchos vuelven la cabeza y miran. ¡Será un éxito!
El señor Jara ha optado por la cultura visible, la que se exhibe en candeleros, televisiones y pasarelas. Y ha decidido ahorrar en el fermento creativo, en la cultura de base, en el vasto y necesitado entramado cultural granadino. ¡Nada de subvenciones a las revistas literarias, a los libros, a los grupos teatrales, a las iniciativas cinematográficas! Aquí, a traernos al director de Hola, a Antonio Banderas, a Dan Brown, a Tom Cruise. El Mare Nostrum granadino, groupie de la cultura.
El lema es: No descubras nada, sino abunda en lo manido. No te intereses por la singularidad, sino por los ecos. No anheles la aventura, sino las largas colas antes las puertas del Museo de la Memoria. No busques la perspectiva, sino el primer plano.
El premio de novela histórica es todo un símbolo. Un premio que va siempre a embolsar la cuenta de un escritor archiconocido, dirigido desde Barcelona por una editorial catalana, donde la Caja ni pincha ni corta salvo para pagar, y que sólo cosecha unos cuantos titulares el día del fallo. Un pastón con el que se nutrirían numerosos colectivos que contribuyen con su esfuerzo al nivel de la cultura granadina. Sólo que no son tan visibles. Sólo que son el humus en el que fermenta la cultura real. Sólo que no congregan a los fotógrafos ni a los panegiristas.
Me rebelo y me proclamo a favor de la cultura que no está alumbrada por los focos. A favor de los escritores invisibles. A favor de los artistas invisibles. Por lo que respecta a la moña, que Christo —ese artista de pega que se dedica a envolver puentes y parlamentos— corone el Cubo con una gigante. Entonces Jara y su lugarteniente habrán cumplido con creces el objetivo. ¡Cultura visible, visible, visible! 

Diario IDEAL, martes11 de enero, 2011

12 comentarios:

  1. Magnífico, Gregorio. Aunque, ¿crees que harán algún caso a tan prudentes y expertas palabras? La Caja es una entidad financiera y lo que busca, ante todo, son los beneficios. Corolario: publicidad ante todo. Y la publicidad hoy funciona como funciona. Otra cosa es que nos quieran convencer de que están haciendo una gestión cultural importante. ¡Y una morzoleta! Por lo menos, que no nos tomen por imbéciles. Están haciendo publicidad comercial y punto. La cultura y la verdadera gestión cultural van por derroteros muy distintos. Un abrazo.

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  2. Al menos, es necesario decir las cosas. Muchas veces se sigue la dinámica por inercia. Confío en que la inteligencia sea más poderosa que la inercia. Jara es una persona inteligentes. Y como lo es, meditará su decisión. Así lo espero.

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  3. Estoy contigo, Gregorio, Antonio Jara es una persona inteligente y de enorme sensibilidad, comete errores como todos los mortales, pero no hay más que pensar en lo inteligente de su jugada en la Caja. Jara siempre ha defendido a Granada frente a Sevilla, lo que le costó su puesto de Alcalde. Desde que él dejó la Alcaldía, Granada ha perdido el rumbo como ciudad. Así nos luce el pelo. Celia

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  4. Estoy convencido, Celia, de la que inteligencia política de Antonio Jara se manifestará también en el terreno cultural. Confío en ello, lo espero. El dinero de la Obra Social, convenientemente utilizado, haría maravillas en Granada. La maravilla política es que la pericia de Jara ha logrado que no nos dejen sin Caja. La maravilla cultural será que, merced a sus oficios, la creación granadina sea apoyada como merece, dejando atrás la cultura de escaparate y eventos "visibles".

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  5. ¡De qué manera tan poderosa, la mística y sus paradojas impregnan el lenguaje de los escritores!: "Ignoran que la cultura reside en lo invisible". Santa Teresa no lo explicó tan bien, Gregorio, con aquello de:
    "Vivo sin vivir en mí,
    y de tal manera espero,
    que muero porque no muero".

    ¡Ah!, pero si de lo que hablamos es de dineros, se entiende por qué Jara no quiera gastar ni un real en "lo invisible", y menos en tiempos de carencias en los que hay que hacer muy visibles los gastos al Consejo de administración. Un saludo cordial.

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  6. Sí, Pablo, la cultura, o, mejor dicho, la creación, reside en lo invisible, en el pensamiento, en la soledad. ¿Misticismo? ¿Y qué? A mí no me parece nada malo. No me persigno ante él. Aunque si he llegado a él (no lo sé) es a través de la física cuántica. Fíjate en el poder de lo invisible, tanto que la desintegración de unos invisibles átomos puede destruir ciudades enteras. No abomino del misticismo ni del materialismo porque para mí son idénticos y me arrogo el derecho de utilizar tanto términos de Santa Teresa como de Plank, hablar de invisibilidad o de neutrinos, de pensamiento o de quarks, de Dios o de campo cuántico... Uso la inmensa libertad que me confiere no descartar nada y saber que el misticismo o el materialismo son la visión parcelada de una realidad compleja y que trato de asir con todos los medios a mi alcance.

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  7. A Cervantes, le hubiera venido bien conocer lo del campo cuántico para mejorar su insuficiente Quijote. De hecho, por no conocer, no conocía ni cómo se movía la sangre por el cuerpo humano. El atrabiliario humor de don Quijote, según algún erudito, se debe a que don Miguel estaba convencido de que el caballero retenía demasiada bilis negra, o atrabilis, en su interior. Un saludo flemático, cuántico amigo.

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  8. ¿Que Cervantes no conocía el campo cuántico? Conocía el campo de la Mancha, e hizo de él un campo cuántico en toda regla, pues, a la realidad aparente, unió la de la imaginación, la fantasía, lo etéreo e invisible. Sin ello, en efecto, el Quijote sería insuficiente. Pero no lo es porque Cervantes comprendió que la realidad puede ser vista desde muchas perspectivas, y las armonizó en la mejor obra de todos los tiempos, convirtiendo el campo de la Mancha en un campo cuántico, vulnerando las leyes newtonianas por las que luego serían las de la física de partículas. ¡Visible e invisible unidos en clarividente abrazo!

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  9. Mi señor don Gregorio, estoy dispuesto a proclamar allá dónde se me indique que Cervantes era un cuántico "avat la letre", si eso os place. Debe de ser una epidemia, espero que no exclusivamente granadina, esto de intentar meter a los escritores y a sus obras en la horma de nuestros borceguíes. Felipe Alcaraz, en su último libro, ha contado cómo profesores y poetas se conjuraron para meter a Javier Egea en la horma del marxismo más esclerótico, mientras que ellos se escapaban por la puertecilla de la Ilustración. Lo mejor es no morirse, porque puedes acabar crucificado en el último ismo.

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  10. Pablo, yo no he dicho que Cervantes fuera cuántico. Lo que quiero decir es que se puede interpretar cuánticamente. Es el Quijote pasado no por Pierre Menard, sino por Plank. Los genios captan la realidad completa. Es como si aprehendieran el mecanismo del Universo. Por eso pueden ser interpretados siempre y siempre y siempre según las nuevas perspectivas. El trenzado entre visible e invisible que se da en el Quijote es el mismo que existe entre el mundo newtoniano y el cuántico, entre lo visible y lo invisible, entre el barco y el océano donde flota. La vida de Cervantes está cerrada y, este sentido, fue el que fue, ni cuántico ni newtoniano. Un hombre de su tiempo o más allá de su tiempo. Pero su obra permanece abierta. Y Pierre Menard se actualiza según se actualizan los conocimientos.

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  11. "Lo mejor es no morirse"
    Esa si que es buena. Y real. ¿E invisible?
    Hasta aquellos que suspiran por morir en sus palabras, luchan por la vivir hasta el último suspiro.

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  12. Gracias, Gregorio. He aprendido y disfrutado al mismo tiempo. Un saludo cordial.

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