martes, 17 de mayo de 2011

CAROLINA

Carolina Murcia (la tercera por la derecha), exhibe su premio rodeada
de amigos. De izda. a derecha: Concha Hermano, María Gallego,
Emilio Egea, Carmen Ruiz-Mingorance, Eva Maria Velázquez,
Gregorio Morales (sentado), Ana Morilla, Juande Martín y Frank Anthonny

Carolina

Todo salta por los aires ante Carolina Murcia. Las cosas se descomponen, chirrían, se descuajaringan… pero el resultado no es la confusión. Cuando todo parece derruido, descubres un orden oculto. Ella es como el rey Midas, pero, en lugar de oro, hace singular cuanto toca. En su presencia, viajas sin descanso de un lugar a otro, como un enloquecido Supermán. Y una vez que te has acostumbrado a las alturas, te trae repentinamente a la tierra. Y el resultado, por sorpresivo, es nuevamente el asombro.
No se puede sino estar asombrado frente a esta chica que oficia de embajadora en el Boabdil, junto a plaza Nueva, y que hace publicidad y teatro y escribe. Ayer mismo presentó en el Manuel de Falla la ceremonia de los 100 granadinos electos por la revista Garnata. Y fue la bailarina que turbó a los presentes en la Gala por la Creación del Centro Artístico. Y también, junto a excelentes actores, hizo un memorable papel en “Marilyn no es Monroe”, la obra que ofreció en el Retroback la vida de Norma Jean Baker. ¡Y ahora ha ganado el premio al mejor corto granadino en el Festival Ópera Prima!
Cuando el sábado pasado proclamaron su nombre en el teatro Caja Granada, el público estalló en alegres aplausos. No sé si eran forofos de su film o de ella misma, pero ambas cosas son idénticas. Pues todo cuanto hace Carol es una extensión suya. Así que allí estaba, irresistible y sobria, como directora, guionista y actriz de “Biscotti d’Amore”, un divertido corto que es la plasmación fílmica de esta chica osada y tímida, de la que sabemos mucho y de la que no sabemos nada.
Junto al diestro Frank Anthonny, la proteica Carmen Ruiz-Mingorance, y el templado Juande Martín, el público contempló un corto irónico, rocambolesco y muy bello, al que el jurado decidió darle el palmarés. ¡Y eso que los otros filmes eran excelentes! Me impactó la madurez de todos ellos, la excelente dirección, los consumados actores. Y me di cuenta de que algo está cambiando en España. Es como si la puerilidad en que hemos vivido hubiera dado paso a una cierta excelencia.
Convincente festival, nacido de la mano joven de Javier García y Ana Cabello. Tras ellos, directores, productores, organismos nacionales e internacionales, y una escuela de cine –Aula Filmosofía–, que será una de las glorias de Granada.
El gong suena en mis oídos: ¡Tanto buscar fuera lo que tenemos dentro! Pienso lo que podría ser si estas cosas se apoyaran decididamente. ¡Pero al menos se han apoyado incipientemente! Un hurra por las instituciones que lo han hecho, entre ellas, Caja Granada y el Instituto Andaluz de la Juventud.
Estos jóvenes emprendedores saben hacer realidad los sueños. No hay arma tan poderosa como las ideas. Por eso, este festival es poderoso. Y Carol Mur, una bomba atómica.

Diario IDEAL, martes, 17 de mayo, 2011

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