Érase
una señorita de Linares cuyos sueños eran ascender en la pirámide social, para
lo que se vino a Granada y se puso ahincadamente a estudiar y sacó dos carreras
e hizo unas oposiciones y entró en la Administración y trabajó en el
Ayuntamiento y, como suscitaba simpatías allá por donde iba, sus jefes repararon
en ella y la pusieron en una de esas listas cerradas electorales y salió
elegida concejal y, como era tan encantadora y parecía conocerlo todo sin altanería,
el Alcalde le confió la tarea de Movilidad Ciudadana.
Para
conquistar la siguiente cima, frotó su lámpara mágica y salió un genio que
conocía algunas ciudades europeas y que le ideó un plan portentoso: ¡Cambiar el
sistema de autobuses! Hizo con jactancia trizas el plano con los trayectos
habituales, tomó un folio, trazó una diagonal -la gloriosa LAC-, hizo confluir
varias líneas a sus extremos y se lo tendió al ama que, con los ojos hechos
chiribitas, gritó: “¡Le ahorraré un pastón al Consistorio, me atraeré la
benevolencia de mis jefes y me encumbrarán hasta el infinito!”. Corrió a
mostrarles el mágico proyecto, y lo hizo de forma tan seductora que éstos se
derritieron como viejos chochos. ¿Que había que gastarse una fortuna en
serpientes rodadas? ¡Pelillos a la mar! ¿Que había que despedir conductores?
¡Pelillos a la mar! ¿Que perjudicaba a los usuarios? ¡Pelillos a la mar!
Y
así un inmarcesible verano de 2014 comenzó la aventura. ¡Pero he aquí que las
cosas no salieron como la señorita y el genio preveían! El trayecto de los tiranosaurios
era minúsculo y suponía un despropósito en calles estrechas y
cortas. Los dragones lo colapsaban todo, se colapsaban a sí mismos,
interrumpían el flujo ciudadano, eran una paleta aberración, el sueño
histriónico de un nuevo rico… o de un cateto que creyera conocer Europa. Se aisló
a quienes vivían en los barrios, obligándoles a tomar varios autobuses donde
antes tomaban uno y a hacer itinerarios inverosímiles. La tradicional inercia
de los habitantes se transformó en un clamor general de protesta. Los
periódicos se llenaron de cartas indignadas (¡y eso que muchas se filtraban!),
los comentarios de las noticias digitales rezumaban estupefacción y rabia.
El
cántaro se le cayó a la señorita en septiembre, al iniciarse el curso escolar, cuando
se comprobó que las explicaciones con que mareaba la perdiz estaban, como las
tramas de los malos novelistas, llenas de contradicciones, sofismas y agujeros
en la pared. La gente llegaba tarde al trabajo, los estudiantes tenían que levantarse
tres horas antes, las esperas eran eternas, el caos permanente, y, en
definitiva, un área metropolitana de medio millón de habitantes tenía ahora un
sistema de autobuses que la lastraba como espeso betún. Y la señorita, conocida
ya por la “lachera” (de LAC), vio que a sus jefes se les helaba la sonrisa y
que, poco después, el partido perdía las elecciones. La nueva alcaldía tuvo que
reimplantar el antiguo sistema y hacer frente a la inservible y castroja
inversión, y ella puso pies en polvorosa acoquinada antes de que le cortaran la
cabeza, refugiándose en sus covachuelas administrativas mientras le daba
tirones de orejas a aquel genio con mente de Alfredo Landa. ¡Sus sueños de
escalada estaban hechos añicos! La desmedida ambición de la lechera siempre
acaba con el cántaro roto.
¡De verdad! ¡Con lo fácil que es ser sensato!
ResponderEliminar¡Es que la ambición ciega y la sensatez se pone al servicio del delirio! Estos catetos pretendían hacer de Granada una ciudad europea y pasar a la Historia por ello. En su lugar, han destruido un sistema de transportes que marchaba bien, han convertido a Granada en la ciudad más castroja de Andalucía, y pasarán a la Historia, pero por el despropósito y la deuda brutal, y encima porque su lerdo sistema no se mantendrá.
EliminarParodia sobre las nuevas líneas de bus:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=TjZruSxla40
¡Es divertidísima! ¡Y totalmente real! Gracias, Mario, por la recomendación.
EliminarTito soy tu sobrino Francisco, me encantan todos tus articulos porque intentas abrir los ojos a la gente en todo lo que esta a la orden del dia aqui en nuestra ciudad. Enhorabuena por tu blog. Un abrazo
ResponderEliminar¡Si uno es profeta en su casa, Francisco, entonces todo está hecho! Gracias por tu apoyo y por el cariño que desprenden tus palabras.
EliminarBueno aquí en granada en toda españa y donde haga falta. El caso es que sigas haciendo criticas de las tuyas que yo las leo todas encantado ;)
ResponderEliminarSe te ha olvidado, Gregorio, un aspecto muy destacable de doña Telesfora: también ha hecho su incursión en la novelística. Esta mujer es, ella sola, una caja de sorpresas. No todas agradables, pero la vida es así.
ResponderEliminarLa LAC es un mal sueño de verano que acabará en pesadilla financiera y que pagaremos entre todos. Debería haber una ley que prohibiera estas genialidades a nuestros políticos que dejan después el cargo junto a una deuda inabordable.
Un saludo,
AG
¡No, no se me ha olvidado, Alberto! ¿Acaso no digo en el artículo que los argumentos con que marea la perdiz en el asunto de la LAC son de "mal novelista"? En cualquier caso, hablé de su libro en una columna. Aquí tienes el link:
Eliminarhttp://lorealinvisible.blogspot.com.es/2014/01/la-decision-de-nora.html
APLÁUSOS GREGORIO!!! (soy Ana) antes de leer tu artículo profético sabía que la Telesfora era una cateta de órdago, lo sabía, no tienes mas que mirar a su cara y ver los resultados de sus actos!!
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/pages/Di-NO-a-la-reforma-del-transporte-p%C3%BAblico-en-Granada/855497421146554
ResponderEliminarAna Ruiz
Gracias, Ana, por tus palabras y por el link. Es bueno que la gente se organice y veo que lo están haciendo rápido y bien. Cada vez tienen más difícil estos políticos sectarios hacer de su capa un sayo. ¿Que a la edil provinciana le gusta jugar a los cochecitos? ¡Que lo haga en su casa, pero no con 500.000 ciudadanos!
Eliminarasi es niño, ojalá que podamos poner un poco de orden en esto!! gracias a ti, un abrazo *: ) Ana
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