martes, 14 de septiembre de 2010

CALAMARES EN SU TINTA (Puerta Real, 14-IX-2010)

El alcalde de Granada, sr. Torres Hurtado,
flanqueado por dos de sus cocejales,
Isabel Nieto y Juan Antonio Mérida

CALAMARES EN SU TINTA

Hay aroma de calamares en la plaza del Carmen. No, no es por lo bares. Es por el Ayuntamiento. Entras en el edificio y el olor te embarga. ¡Por los cielos, está lleno de cefalópodos! No vienen de Motril. Los trajeron hace tres años las urnas electorales y, desde entonces, han lanzado tanta tinta que el edificio parece la boca del lobo.

¡Qué inteligentes que estos calamares! Su coeficiente no tiene nada que envidiar al de un niño de siete años. El del octopus jefe, señor Torres Hurtado, llega incluso a uno de ocho. Preguntado por la huelga de autobuses, responde que “los trabajadores eligieron hacer la huelga el día de la beatificación de Fray Leopoldo para perjudicarse a sí mismos”. ¡Cómo mira este calamar por el interés de los currantes! Lástima que esté un poco talludito para un bocadillo de fritura. Las razones de la huelga, tragadas. ¡Donde se ponga un buen chorro de tinta!

Pero para chorros de tinta, los del señor García Montero. Contrata a un tal Vallejo, un hombre de méritos invisibles, para dirigir la Escuela Municipal de Flamenco, le paga 40.000 euros anuales, y cuando la oposición le demanda las razones, los llama fascistas, aduciendo que lo único que les preocupa es que el nombrado “es gay, gitano y del PP”. ¡Por los cielos, mira que Vallejo es cosas! ¡Tanta tinta nubla los ojos!

Para el tráfico, hay un cefalópodo gigante, el señor García Nieto. El Ayuntamiento de Granada es el que más multas pone de toda España. Ha hecho de ello una Hacienda paralela. Le preguntan a este taimado calamar por la última trapacería, un coche pone multas, y el espécimen responde condescendiente: “El coche no ha impuesto ninguna sanción y no las impondrá. Sólo se está ocupando de estudiar los problemas de aparcamiento”. ¡Qué inocente calamarcito! Su tinta debería servir de gasolina para los coches locales.

Más ladina es la señora Nieto Pérez, con sus tentáculos enrocados en Urbanismo. A la capacidad de esparcir tinta, suma una prodigiosa aptitud para el camuflaje. Tiene atosigados a los habitantes de las cuevas de San Miguel. Quiere construir en el cerro un mirador turístico y, con el tiempo y los desalojos, transformar las grutas en hotel, tajar un aparcamiento en el monte y cementarlo con un centro de interpretación. Ahora que si le preguntas, te lo susurra cariñosamente al oído: “Los desalojos son por seguridad de los propietarios. Las cuevas están en mal estado y hay riesgo de derrumbe, chico”. Y si le demandas por qué quiere urbanizar también la Huerta del Rasillo, te responde campante: “¡Allí sólo hay coches y rumanos!”. Chitón, pues. Y a darse una ducha para quitarse la tinta.

Torres Hurtado lo ha conseguido: el Ayuntamiento es una pescadería. ¡Pero cómo disfruta la oposición! ¡Todo el día zampándose raciones de calamares en su tinta!

Diario IDEAL, martes 14 de septiembre, 2010

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