martes, 26 de octubre de 2010

JOSÉ ANTONIO PRIMO DE LA MULTA

Monumento a José Antonio 
Primo de Rivera (Granada)

José Antonio Primo de la Multa 

Sebastián Pérez no quiere quitar el monumento a José Antonio Primo de Rivera que sigue enhiesto ante el palacio de Bibataubín. Dice que es una obra de arte. Ni las peticiones de la izquierda ni los pronunciamientos de las asociaciones para la Memoria Histórica han podido hacer nada. ¡Pero la imaginación lo puede todo! ¿Que el monumento sigue? Tomamos una varita mágica y lo transformamos. ¿Pero en qué? Elemental, querido Watson: ¡En un Monumento a la Multa! 
El alcalde, Mr. Hurtado, ha puesto él sólo más multas que todos sus predecesores juntos. Por eso mantiene la escultura de López Burgos, porque gloría la taimada sisa a los ciudadanos. Esas manos abiertas, extendidas a los cielos, como una piña excéntrica, significan: “¡Alto, soltad la pasta! ¡Abrid los puños para que os birlemos hasta el último céntimo!”. Y las alas sobre las palmas indican cómo vuela el dinero de los granadinos hacia las arcas municipales. 
Así que ya tenemos esta obra “de valor artístico” transformada en un Monumento a la Multa, a la serrana capacidad depredadora del Ayuntamiento de Granada, a su inconfesa y subrepticia industria murtal, que ha sembrado la ciudad de cámaras ocultas para que los incautos pasen y ¡zas! recaudación al canto. Las manos abiertas son la expresión visible de lo invisible: las bofetadas “cariñosas” que les pegan a los conductores. “Anda, bonico, pasa por aquí. Sólo son cien eurillos”. Son las manos de una autoridad ladina, que te apercibe señalando al cielo para que te estrelles en la tierra. “¿No ves esas alas? ¡Son la velocidad, amigo! ¿Y vas a detenerte? ¡Vamos, hombre, continúa! La multilla es una bagatela”. 
El monumento de Bibataubín es una invitación a ver lo obvio y a agachar la cabeza. Justo lo que ha hecho la oposición durante estos años de mandato municipal. ¡Ha callado solapadamente! Sólo ahora, al final de la legislatura, alza tímidamente la voz. “¡Eh, que somos la ciudad de España que más multas pone!”. ¿Y usted se da cuenta ahora? ¿Qué pasa con los granadinos desplumados? ¿Con las señas erróneas para triplicar los importes? ¿Con las desorbitantes sumas confiscadas? La oposición calladita, dócil, sumisa, porque sorbe de la misma horchata. 
¡Monumento a la Multa! ¿Qué puede ofrecerles a los granadinos quien los ha tratado de esta forma inmisericorde? Los analistas políticos quitan la voz a los señores a quienes estudian. No examinan sus palabras, sino su expresión. En base a ello, los hechos del sr. Hurtado son de un pavoroso desamor por los granadinos. De una crueldad y ensañamiento que no tienen parangón. 
Semejante proceder no puede ni debe pasar desapercibido. Para eso está la escultura de Bibataubín: un Monumento a la Multa. Para que los granadinos vean palpablemente cómo han sido tratados bajo el gobierno de José Antonio Primo de la Multa, perdón, quiero decir, José Torres Hurtado. 

Diario IDEAL, martes, 26 de octubre, 2010

2 comentarios:

  1. Ramiro. Pues lo que convendrá será hacer copias del monumento y mandarlas por doquier, que no hay rincón de España en el que no se desplume al españolito de a pie.

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  2. Vaya tonterías más grandes hay que leer a veces...

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